Hace mil otoños que desaparecieron las estrellas
la oscuridad ,el silencio del amanecer , las ausencias
y esa nostalgia que se asoma eterna.


Hace mil primaveras que los caminos no se juntan,
que vagamos eternamente entre las nubes del dolor y tu mirada perdida
y aún así, los sueños se esfuman y se apagan las sonrisas.

Tal vez sea el momento de descansar a la sombra del árbol de la vida
tal vez, sea la hora de pensar en vivir sin miedo, sin prisa.

 

Sigue leyendo a Claudia Nemirovsky

No Hay Más Artículos