Todo parece indicar que la Loa Erzulie hace muchos años olvidó a los haitianos, y es que de verdad no termina de pasar una desgracia, o más bien deberíamos de decir, no acaba de asentarse una calamidad, cuando llega otra, y otra más; que lejos estamos de ese faro de luz, cuando fue el primer país del continente americano en abolir la esclavitud, con una ejemplar “Sociedad Amigos de los Negros”, también la primera nación en Latinoamérica en declarar su independencia, siendo modelo de libertades no solo regional, sino mundial, ciertamente se vislumbraba un panorama optimista.

 

La situación que da cabida al nuevo sobresalto, o al resurgimiento de las tensiones en el país caribeño, es el asesinato por parte de un grupo de al menos 28 mercenarios internacionales, del Presidente Jovenel Moïse justo diez días después de que cumplió 53 años de edad. Estoy muy lejos de querer suponer siquiera, que la situación actual fue provocada por la insensatez, arrogancia y necedad del mismo gobernante, pero al no permitir las elecciones y negarse a dejar el poder a inicios de febrero cuando legalmente debió haberlo hecho, aduciendo que aún le faltaba un año de su periodo, tensó las cosas hasta que llegamos a esta estupidez.

 

La constitución haitiana establece que el presidente deberá de gobernar por cinco años,

sin embargo Moïse terqueó en que debía de mandar un año más, aduciendo que pese a haber ganado el proceso electoral en las votaciones de diciembre de 2015, efectivamente como fue, no tomó el poder el 7 de febrero de 2016 como debió haber sido, lo anterior se debió a que el poder judicial no le otorgó el triunfo argumentando inconsistencias en el proceso, que hacían dudar que hubiera ganado, por lo que después de una nueva convocatoria de elecciones que se llevaron a cabo en noviembre de ese año, se alzó como vencedor con más del 55 por ciento de los votos, por ello su mandato empezó para él en 2017, si bien es cierto en ello tenía razón; los periodos constitucionales no se rigen por la permanencia de la persona, sino por el límite temporal, digamos que el periodo de gobierno, como en este caso dura cinco años, pasado ese lapso viene el relevo, o reelección según sea el caso, de lo contrario por ejemplo, alguien podría estar dos años, por cualquier circunstancia renunciar o dejar pasar el tiempo, y luego tres años más, lo que haría permanencias voluntarias, así que el mandato constitucional ya terminó.

 

Jovenel Moïse sin duda luchó y argumentó a su favor, libró innumerables batallas que terminaron por meter a su país en caída libre directo a infiernos que ni el mismo Durante di Alighiero degli Alighieri habría imaginado mejor, el último año gobernó a base de decretos, destituyó a dos tercios del Senado, a todos los Diputados, y a todos los alcaldes del país, en cuatro años no convocó a una sola elección, ¿qué argumentó para dar esos golpes?, que la temporalidad de los encargos, ya habían concluido, (sic), hoy las personas electas popularmente ejerciendo sus puestos son una minoría ridícula, días antes del magnicidio, se anunció que las elecciones se llevarían a cabo el 26 de septiembre, y que se propondría una nueva Constitución para que la población la refrendara, la cual se preveía tendría extensión de mandatos y relecciones, no lo creerlo así, sería como pensar que el diablo camina por el mundo sin cuernos, así como desaparecer una de las Cámaras del parlamento, con los acontecimientos de la semana que termina, seguro habrá modificaciones.

 

Haití se ha convertido hace ya muchos años en el Burundi de América, es el más pobre entre los pobres,

lo peor de las cosas es que se complica cada día las cosas, cuando Jovenel Moïse tomó el poder del país, algunos tuvimos la peregrina idea de que podía empezar a trazar una ruta de salida, él era un joven que, con muy poco capital y mucho trabajo, hizo negocios en principio pequeños, posteriormente se asoció para fundar empresas de proveeduría de agua limpia en diversas ciudades, así como la venta de energía solar, además logró construir un imperio con las exportaciones de plátano, y otros productos agrícolas, va a la política en la búsqueda de un país mejor, se prostituyó.

 

Una reflexión internacional final; se ha comprobado la participación de al menos una docena de colombianos y un par de norteamericanos, entre los mercenarios que asesinaron al Presidente, en cualquier otro país, esto sería motivo al menos, de solicitud de explicaciones internacionales, llamadas de Embajadores a consultas diplomáticas, Haití está tan sumido en la desolación, que será la sociedad internacional la que pida cordura y que, se busque pacificar un país que se volvió a dar cuenta que, los demonios están sueltos en su territorio y que Loa Erzulie probablemente hace mucho regresó a Nigeria.

 

 

 

Sigue leyendo a José Ortíz Adame

No Hay Más Artículos