No importa si eres inocente, culpable o estás en investigación, si las masas en las redes te declaran culpable, eres objeto de un linchamiento mediático que puede acabar con tu reputación, sin mediar ninguna autoridad en ello, sino por el simple rechazo o juicio social, por las voces críticas que pueden destruir tu reputación sin conocimiento de causa y que se han convertido en el verdadero inquisidor.

Ante cualquier delito, o presunción de delito, se debe abrir una investigación, en la cual estás protegido por una presunción de inocencia, pero ¿Qué pasa en redes sociales? ¿Qué pasa con gente que no sabe leer adecuadamente? ¿Qué pasa con la gente cuyo juicio va de la mano con sus prejuicios y paradigmas?

Uno es, o debería ser, inocente hasta que se demuestre lo contrario, tener pruebas que lo demuestren es crucial para determinar si existe, o no, un delito en el ámbito penal de cualquier país, pero no en los medios, en los medios depende de tu conducta previa, tu carisma, tu capacidad de verte como víctima o victimario, aquí las pruebas están de más y no tienen el peso necesario para una defensa moral.

 

En la actualidad toda persona tiene acceso a distintos medios electrónicos para juzgar vida y obra de cualquier mortal, la población adquiere un arma voraz y letal para aplicar una condena anticipada a quien está en la voz del mundo. Sólo quienes están en contra de la modernización, del progreso, de la actualización para obtener mejores resultados, pueden tener miedo de los medios digitales (Jorge Luis Martínez Ocampo).

La inclusión, ideología de género, empoderamiento de la mujer, aborto, religión, política, animales, son algunos temas extremos que ponen en manos de cualquiera un juicio de valor determinante. Sin embargo, estamos viviendo por primera vez en una sociedad multicultural, con una cosmovisión de lo bueno y lo justo sumamente polarizada ¿Cómo podemos juzgar a seres autónomos? ¿Dónde termina la esfera pública y empieza la privada?

Los derechos humanos protegen la libertad de pensar diferente, de equivocarnos y de probar diferentes caminos previos a formar una personalidad definida, pero las redes con su poder inquisidor del juicio extremo muestran una indolencia a las aspiraciones básicas del ser humano, a los derechos por los que han peleado grandes pensadores desde la ilustración, nos quieren bien portados, nos quieren perfectos y eso ¡no es posible!, ni siquiera es recomendable, nada ni nadie puede limitar una decisión, un derecho humano no puede deberse a la moral ciudadana, lo único por lo que la ciudadanía debe velar es por una convivencia pacífica respetando las múltiples y diversas ideologías por muy extremas que sean.

La inquisición castigaba con la pena de muerte a los herejes, esta nueva inquisición lincha abiertamente a quien se atreve a ser, a quien se atreve a equivocarse o emitir una opinión diferente; Napoleón y Cersei Lannister (GOT) entendieron muy bien el poder que puede tener un inquisidor, un fanático, entonces hagamos conciencia,

Leamos más filosofía y entendamos que la inquisición ya fue abolida.

No la traigamos a un mundo nuevo, no la traigamos al mundo digital, no la contagiemos a las nuevas generaciones, erradicar el juicio (La inquisición), es nuestra más honorable tarea.

 

 

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