El México de afuera, ayer y hoy: Inmigrantes mexicanos en EUA : ¿quiénes son?

¿Quiénes son los inmigrantes mexicanos a los que Donald Trump ha insultado y nosotros, los mexicanos, todos, no hemos defendido subrayando sus contribuciones, ni desde aquí, ni desde la Casa Blanca? Veamos quiénes son:

El 98% de nuestros emigrantes se encuentra en Estados Unidos y suma 12 millones, que representan el 28% del total de inmigrantes en ese país, los cuales en 2014 sumaban 42.4 millones de personas de muy distintos orígenes.

Es un grupo compuesto casi en igual proporción por hombres y mujeres; son los más jóvenes de todos los inmigrantes: 6% son menores de 18 y el 87% se encuentra en edad de trabajar, y lo hacen, por lo que envían a México remesas del orden de 24 mil millones de dólares anualmente, esas con las que Trump quiere financiar su muro.      

La mayoría de los inmigrantes mexicanos en “el otro lado” se concentran en California, casi 5 millones; Texas, alberga a 2.5 millones, y en Illinois, viven alrededor de un millón de mexicanos; sigue Arizona con más de medio millón, y en cada uno de los estados de Georgia, Florida, North Carolina, New York, Washington, Colorado y Nevada hay entre 200 y 300 mil mexicanos; el resto se distribuye en todos los demás Estados, incluido Alaska. Esto es, los inmigrantes mexicanos están presenten en todo el territorio de la Unión Americana, según datos del Migration Policy Institute, publicados en marzo pasado, y otras fuentes oficiales.

Estos inmigrantes mantienen vivas sus raíces culturales y el apego a sus valores y tradiciones, por lo que el “toque” mexicano, pero también su talento, está presente en  muchas de las más grandes ciudades estadounidenses. Así, en Los Ángeles, usted podrá encontrar las mejores carnitas michoacanas en La Plaza Olvera y un mayor número de mariachis que en México, pero también un buen número de artistas, escritores, periodistas, así como actores, actrices, productores, directores laureados y muchos técnicos trabajando en la industria cinematográfica ; en Chicago, la calle 26, en el barrio mexicano “La Villita”, plena de restaurantes y negocios de nuestros emprendedores mexicanos, casi alcanza a la Avenida Michigan en la recaudación de impuestos para esa ciudad; en Dallas, se encuentran grandes bodegas distribuidoras de dulces mexicanos y en la última década, los inmigrantes mexicanos han invertido muchos millones de dólares y  generado una  buena cantidad de nuevos empleos. En fin, gracias a nuestros connacionales,  sea en las anteriores o en ciudades como Phoenix, San Diego,  Nueva York,  o como Atlanta, Raleigh u Olympia,  usted puede participar en una misa, disfrutar nuestra comida mexicana acompañada de un buen tequila, escuchar nuestra música en español, y también, encontrarse con mexicanos empresarios, académicos, funcionarios de corporaciones etc.

Es cierto que entre los inmigrantes mexicanos había, según datos del Pew Hispanic Center de 2014, un total de 5.6 millones de indocumentados,  cifra, por cierto, menor en un millón de la que había en 2007; porque recordarán que la tasa de migración llegó a cero en 2013 – o sea que regresaron más de los que emigraron – . Se trata de una población muy vulnerable, la que menos manejo tiene del inglés, la de menor grado de escolaridad, pero que trabaja un número de horas mayor que el resto de los inmigrantes de otros países, principalmente en la construcción y en los servicios; paga sus impuestos, no recibe atención médica y vive en nivel de pobreza.

Pero este grupo incluye también a los llamados “Dreamers”, jóvenes que llegaron a Estados Unidos acompañando a sus padres indocumentados antes de enero 2010 y son mayores de 15 años; así como a los inmigrantes indocumentados que tienen hijos nacidos en aquel país. Estos jóvenes, y estos padres o madres, viven en la angustia de una eventual deportación hasta que se resuelva en la Corte Suprema – en junio pasado hubo empate entre los magistrados- la  procedencia de la  Acción Diferida para los llegados en la Infancia, conocida como DACA, y la Acción Diferida  para Padres de Estadounidenses y Residentes Legales (DAPA), ambas, acciones ejecutivas sobre inmigración del Presidente Obama.

California es el hogar del mayor número de mexicanos sin documentos -1.6 millones – pero están también en  New Mexico,  Arizona, Idaho, Wyoming,  Colorado,  Oklahoma, Wisconsin, Kansas, Oregon  y Texas. En contraposición, del conjunto de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, casi un tercio son ciudadanos estadounidenses.

Además, un creciente porcentaje de estos inmigrantes mexicanos son un grupo con talento de alto nivel que representa alrededor del 10% de la población más calificada entre los inmigrantes en Estados Unidos: casi un millón de los inmigrantes mexicanos en ese país cuenta con doctorado en ingeniería, matemáticas, o física, entre otras especialidades, y trabaja en algunas de las universidades más prestigiadas, o en las grandes corporaciones, o en Silicon Valley.

Esos son, a vuelo de pájaro, los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, un grupo poblacional digno de todo respeto, del de Trump y del nuestro.