En la vida siempre existirán personas que desean sentirse capaces de controlar a los demás para pensarse poderosos, otras desean sentirse controladas con la intención de mirarse como víctimas de las circunstancias, otras más viven solo en los miedos y otras pocas se sienten en el amor, siempre en la eterna lucha de este mundo de la dualidad deseando cada quien tomar responsabilidades extras y otros más colocando sus propias responsabilidades en los demás, lo cierto al final del día es tan simple de comprender si se analiza con cautela, pensando que los controladores solo pueden controlarse a ellos, pues sería muy absurdo pensar que un punto de la creación tan simple y pequeño como lo somos, podría controlar a aquello que ha existido millones de años antes de tu propia aparición, solo puedes controlar tus decisiones y encaminarlas al miedo o bien al amor, el poderoso y el mendigo tienen esas mismas virtudes “los poderes sobre sus decisiones, pensamientos y sentimientos”, al final también corren con el mismo y simple castigo del creador si así lo deseamos llamar de forma que se vuelva comprensible por nuestras mentes duales, este famoso castigo no se puede expresar de una mejor manera como lo hizo el maestro *Facundo Cabral*  “Te va a reencarnar más pendejo hasta que aprendas”. Por lo tanto mendigo o poderoso si no aprendes a amar la vida tal como es hoy, lo tendrás que hacer mañana, pero las leyes de la creación están ya establecidas y una sola gota de agua solo sufre cuando quiera cambiar el curso del mar, en cambio cuando se da la oportunidad de disfrutar el poder del océano y se deja fluir con él se vuelve el mismo inmenso y poderoso “Mar”.

 

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