Por qué se suicidan cada vez más jóvenes y por qué son cada vez más los que tienen ideas suicidas ante las complicaciones de la vida. Lamentablemente se ha convertido en una fría estadística que va en aumento y todo indica que seguirá creciendo en el futuro.

 

 

Esto es síntoma de algo más profundo. La evolución de la sociedad moderna conlleva este fenómeno e incluso los niños comienzan a pensar en el suicidio cuando décadas atrás era impensable a edades tan tempranas. En la sociedad moderna se generan  tensiones ambientales y cada vez se exige más a los jóvenes para que cumplan con unas expectativas.

Esta presión da lugar a frustración y sensación de fracaso en muchos casos cuando los objetivos a cumplir se convierten en una carga difícil de sobrellevar. Esto hay que relacionarlo con los sistemas educativos, cada vez más inflexibles  en cuanto a estrategias de formación y en relación al camino que los jóvenes deben seguir para adaptarse a la sociedad. La sociedad contemporánea cosmopólita tiene unas exigencias muy específicas que los jóvenes deben cumplir para abrirse camino en ella.

 

Esto da lugar a un alto grado de tensión que produce desadaptación en un número de jóvenes cada vez mayor con las consiguientes repercusiones en su salud mental. Esto indica que el sistema educativo tiene que adoptar nuevas estrategias y ser más flexible en cuanto a líneas y opciones, El error de la educación en las sociedades modernas es la exigencia de cumplir con un estricto camino que se ha de seguir para no fracasar. Con esta estrategia las depresiones derivadas de la tensión son inevitables y van en aumento.

 

Cuando los jóvenes ven que no cumplen con las expectativas y los objetivos marcados por el sistema se sienten  fracasados. Estas causas, unidas a la problemática personal y familiar, acrecientan la infelicidad y la angustia.

La pandemia ha contribuido a acentuar este fenómeno, pero la tendencia y las causas ya estaban presentes previamente. La causa de fondo es otra y se relaciona con la evolución y desarrollo de la sociedad.

Se puede concluir que la sociedad contemporánea, cada vez más exigente y compleja,  desencadena desasosiego y depresión en los jóvenes en un momento de su vida en el que la esperanza debería ser la única premisa.

     Estamos construyendo una sociedad artificiosa que ignora ciertos aspectos humanos y que genera en las personas una sensación de soledad que deriva en angustia existencial y que empieza a afectar a los jóvenes.

 

 

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