Los planteamientos de la civilización deben cambiar, ya que de lo contrario todo ello conducirá a la total degradación del planeta. El capitalismo desbocado está provocando la progresiva alteración del medio ambiente.

El síntoma más directo y alarmante es la masiva desaparición de bosques y animales,

así como el hecho de haber convertido los océanos en una cloaca con todo tipo de plásticos y contaminantes. Cada año es mayor la deforestación bajo la acción de las llamas y, en consonancia, el número de especies que están al borde de la extinción.

     Es evidente que el desarrollismo no puede crecer indefinidamente de forma exponencial. Algún día el crecimiento de la economía ha de alcanzar un nivel de estabilidad y equilibrio basado en los límites de los recursos del planeta; dichos recursos no pueden ser agotados hasta la extenuación. Probablemente los recursos del planeta no pueden sustentar una población muy superior a 10.000 millones de habitantes. Los propios recursos de La Tierra pondrán límite en el futuro al crecimiento de la población.

     Lo primero que hay que cambiar es el modelo alimentario para evitar el deterioro del medio ambiente hasta el final.

La producción agrícola actual bien gestionada daría para alimentar a 9.000 millones de personas. Esto ahora no es posible porque se desvían alrededor del 40% de las proteínas de origen vegetal para producir carne. Resulta banal destruir los bosques en relación a dicha demanda. Solo un cambio en la cultura alimentaria de la humanidad puede evitar el desastre final. La estrategia actual de convertir los bosques tropicales en enormes mares de soja y palma es el mejor reflejo de esta absurda tendencia.

Los países del norte también están quemando los bosques de coníferas de forma acelerada con oscuros objetivos económicos. estamos en una época nefasta en la que la ley de la oferta y la demanda está conduciendo indefectiblemente a la destrucción del planeta. La pandemia de SARS-COV- 2 es el mejor símbolo de esta época en la que todo queda reducido a las leyes del mercado. En estos tiempos el único poder real es el que confiere el capital: el dinero por el dinero. 

     El propio capital se ha convertido en un déspota que degrada y aniquila el planeta sin piedad.

Estamos en una situación irreversible de no retorno, ya que cada año que pasa la deforestación y la degradación del medio ambiente es mayor.

Resulta triste afirmar que dentro de un siglo la mayor parte de la cubierta forestal del planeta habrá desaparecido, con todo lo que conlleva en cuanto a desaparición de especies.

    Tenemos que hacer un examen de humildad y asimilar que el hombre no va a estar aquí para siempre. Desde luego, tras el paso del hombre este planeta no volverá a ser el mismo.

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