Sin lugar a dudas uno de los conflictos más antiguos, y con el mayor número de aristas causales de problemas en el mundo, es la convivencia en la Ciudad Vieja de Jerusalén, lugar en el que nacen las tres religiones abrahámicas; Cristianismo, Islamismo, y Judaísmo, que junto con el Bahaísmo, el Sijismo y el Zoroastrismo, son las seis religiones monoteístas, que estrictamente desde el punto de vista del número de seguidores, más importantes de la tierra.

 

Evidentemente el factor religioso es uno de los elementos que dan matices especiales a la situación,

sin embargo no se pueden dejar de lado temas como la geopolítica militar, la importancia que tiene la región en el paso de productos indispensables para la economía del mudo como son el gas y el petróleo, además recientemente la geografía del agua en una zona semidesértica, todo ello impacta no solo a los países directamente involucrados, Israel, y Palestina, sino que alcanza solo por mencionar algunos, Arabia Saudita, China, Egipto, Estados Unidos, Jordania, Líbano, Qatar, Reino Unido, Rusia, Siria, Turquía, y Unión Europea, son pues diversos ángulos que plantean una problemática compleja.

 

El primer paso para la vida en armonía de los jerosolimitanos, sin duda es hacer honor al nombre desde el origen de la ciudad,

se estima que Jerusalén fue fundada en lo que hoy es el barrio de Ophel (Ciudad David), 4,000 años antes de Cristo, no es hasta la correspondencia diplomática que desde Amarna (Ajetatón), en el Alto Egipto, se dirigían a las regiones de Amurru, Babilonia, Canaán, Mittani, y Siria, allá por los años 1350, a.C. que aparece señalada su existencia, que, dicho sea de paso, son correos que tiran por tierra los escritos de las Guerras del Peloponeso, como los relatos diplomáticos más antiguos del mundo, que solo datan de 430 años a.C., en las epístolas mencionadas se refieren al pueblo Uru-Salim, “fundada por el Dios del anochecer y la estrella de la tarde, asociado al descanso y a la paz”; en hebreo Yerushaláyim tiene un significado similar, Yeru, casa, Shalem, paz, casa de la paz; de igual modo en árabe, Al-Quds, la casa de lo Sagrado.

 

La ciudad vieja de Jerusalén está dividida en cuatro barrios,

al noreste el musulmán, al noroeste el cristiano, al suroeste el armenio, al sur el judío, y al sureste una explanada de 15 hectáreas, que los judíos llaman el Monte del Templo, y los musulmanes la Explanada de las Mezquitas, ahí se encuentran la de Al-Aqsa, y las Cúpulas de La Roca, y de la Cadena, la importancia religiosa de estos santuarios árabes, es solo atrás de los encontrados en La Meca, en la parte baja está el Muro de las Lamentaciones, el cual, para los hebreos es fundamental al orar, en su religión es parte del construido en reemplazo del que Salomón hizo para sustituirlo por el Tabernáculo, el nuevo lo construyó el nieto de Joaquín, Zorobabel que es terminado en el año 515 a.C, reconstruido cuatrocientos años después por Herodes, y finalmente derribado por las legiones de Tito Vespasiano en el año 70, por lo que la reliquia que resguardó el Arca de la Alianza con las Tablas de los Mandamientos, tiene una simbología máxima.

 

Desde hace un mes, como desde hace muchos años, Jerusalén nuevamente se ha visto abatida por los ataques mutuos entre tirios y troyanos, situación que esta semana que termina, se recrudeció de forma alarmante, como hace casi diez años no se veía, al rebasar con mucho los cien muertos, especialmente palestinos, y es que desde la madrugada del 23 de abril, justo a mitad del camino del Ramadán de este año, la policía israelita mando al hospital a decenas de palestinos que se manifestaban contra la marcha de los ultraderechistas judíos, que al grito de mueran los árabes irrumpieron en la Ciudad Vieja,

el choque se dio en la Puerta de Damasco que comparten los barrios cristiano y musulmán,

lo que vino a desbordar los ánimos ya alterados, por las prohibiciones que se tienen al cancelar las tradicionales y populares concentraciones nocturnas del ayuno, con el pretexto de la pandemia del COVID-19.

 

Como represalia a los muertos y heridos, los grupos terroristas armados de Palestina, Hamás y la Yihad Islámica, lanzaron desde Gaza, al sur de Israel, más de 1,600 misiles, de los cuales el 90 por ciento fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro, que protege los cielos del país hebreo, quienes han sido infinitamente más precisos y han causado innumerables bajas entre la población civil árabe, la solución no se ve en el horizonte cercano,

las mediaciones de Egipto y Qatar, al momento no han dado los resultados esperados,

si no sucede nada extraño el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se reunirá el martes 18 de mayo, para cómo van las cosas, se habrán multiplicado exponencialmente las víctimas de la ciudad del Descanso y la Paz.

 

 

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