La semana que está por concluir ha sido muy intensa para los peruanos, por decir lo menos, fue catatónica, y es que, se realizó la segunda vuelta electoral para designar al presidente de la nación, que a partir del próximo mes y hasta, sí los incas los permiten, el 2026, gobernará el país. Lo sorprendente del caso, es que los resultados son tan cerrados, que hoy, aún hay dudas sobre el vencedor definitivo.

 

Lo anterior no podía ser de otra manera, y es que se da como resultado, de que en la primera vuelta electoral, el 11 de abril pasado,

ninguno de los diez candidatos a Presidente, obtuvo al menos el 50 por ciento de los votos necesarios para hacerse con el poder,

fue una elección muy difícil, que se refleja en los porcentajes de los sufragios, y llama poderosamente la atención que en esa fecha, los dos más votados, que terminaron pasando a la decisión final, no llegaran siquiera al 20 por ciento de preferencias, lejísimos de la meta, el profesor José Pedro Castillo Terrones el 19 por ciento, y la administradora Keiko Sofia Fujimori Higuchi el 13, los otros ocho, se debatieron entre el 12 el 2 por ciento, el mundialmente reconocido economista Hernán de Soto Polar tuvo el 11.63 de las preferencias y no pasó el corte.

 

No me cabe la menor duda que para intentar o ser Presidente de Perú, se debe de tener un poco de mala leche contra uno mismo, odiarse un poco, o mínimamente ser como los políticos mexicanos, que se presentan a elecciones casi obligados, y lo hacen solo porque el pueblo que es bueno y sabio, se los pide, en un repaso rápido tenemos que;  entre 1985 y 1990, y de 2006 a 2011, gobernó el abogado Alán Gabriel Ludwig García Pérez, en la primera ocasión fue encarcelado por corrupción, y en la segunda se suicidó cuando por el mismo delito, nuevamente iba a ser detenido por la policía; en la década de los noventa el poder lo detentó el agrónomo Alberto Kenya Fujimori Inomoto, quien pasó largas temporadas posteriores a sus mandatos exiliado en Japón, y tras las rejas en Chile y su país, siendo merecidísimamente vapuleado y declarado “inhabilitado moralmente para gobernar”, después de que se conocieron las masacres sociales que ordenó.

 

Con libertad bajo fianza en Estados Unidos, se encuentra economista Alejandro Celestino Toledo Manrique, quien dirigió el país entre 2001 y 2006; posteriormente el fascista militar Ollanta Moisés Humala Tasso quien fue líder nacional entre 2011 y 2016, hoy en prisión domiciliaria, en ambos casos,

los dineros de Odebrecht hicieron efecto; el 28 de julio de 2016 cuando tomó protesta como Presidente del Perú el banquero estudiado en Oxford y Princeton, Pedro Pablo Kuczynski Godard,

nada hacía suponer que en un año y medio, fuera echado y hoy, en lugar de  presidir el país, estar en arresto domiciliario, también por el asunto lava jato; el sustituto fue el vicepresidente ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo, quien después de un periodo similar al de su antecesor, le fue cobrada la factura política y declarado por el Congreso también con “incapacidad moral permanente” para gobernar, por lo que fue defenestrado, ya que se le encontraron casos de corrupción en las épocas de gobernador de su provincia natal; lo suplió el agrónomo Manuel Arturo Merino de Lama, quien hasta ese momento se desempeñaba como líder de los Diputados, la presión social, lo hizo dejar el cargo, y entregarlo a otro ingeniero, un peruano-costarricense Francisco Rafael Sagasti Hochhausler, quien después de cuatro presidentes en julio próximo, si no sucede nada extraño (o tendríamos que decir común), entregará el gobierno a quien resulte ganador de la presente elección, la política en Perú hoy es de pronóstico reservado, en los últimos 35 años todos a la sombra, o como diría mi madre, eso es no temer a la ira de Dios.

 

Tres cosas a destacar; primero; honor a Valentín Demetrio Paniagua Corazao, y a Manuel Merino, que son los únicos que no han pisado la cárcel,

aunque debemos decir fueron interinos, el primero por ocho meses entre Fujimori y Toledo, y el segundo por cinco días, entre Vizcarra y Sagasti; segundo, Keiko Fujimori, quien todo indica será su tercer derrota en elección presidencial, es de reconocer la popularidad que tiene, además si hoy se confirma su derrota será por menos de medio punto porcentual, un dato no menor, los votos de los peruanos en el extranjero fueron 997,033, ella obtuvo el 79 por ciento de los sufragios de los que viven en África, el 66 en América (fuera de su país claro), 92 por ciento de los asiáticos, 58 de los europeos, y 71 por ciento de los oceánicos, el peruano de fuera la respalda decididamente; finalmente, no deja de llamar la atención, que pese al desbarajuste de los políticos la economía va muy bien, es el país del continente que más ha crecido en lo que va del siglo.

 

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