Un hermoso Arlequín iluminado y enamorado de la Vida… ha sido ofendido: Gran error el de ofender a un arlequín… Cuando se suponía que debía llevar alegría al salón. Su ropaje y semblante cambió… simplemente su colorido se desvaneció…

 

Y por aquella tristeza ahora es mudo… y entre bambalinas se esconde; ahora solo sabe llorar, en la más perfecta soledad, lágrimas negras… que queman su rostro virgen e inocente. E igualmente se le manifiesta un agudo sabor amargo en la boca: Desde esta perspectiva ve y vive ahora la realidad.

 

Sus amigos, ahora están todos cabizbajos, sin nada que decir, porque el Arlequín está triste.  Ya no puede alegrar al salón… su razón de ser… Los demás arlequines tratan de consolarlo, pero no hay “paño de lágrimas” que logre cambiar su semblante…

Pero porqué le sucedió esto al Arlequín: Simplemente porque confió en la persona equivocada… un acto de ingenuidad infantil… nunca imaginó que le sucedería esta tragedia…

 

Y así… el Arlequín se desmayó una y otra vez entre las bambalinas… llorando sus lágrimas negras… sin que nadie lo comprendiera ni consolara… ya no podía ni amenizar ni alegrar al salón, pasando los días y noches en vela sin probar bocado… triste fin…

Pero aquí hay que hablar de responsabilidades: ¿Quién lo traicionó y por qué?  ¿Por qué envidiaban tanto a ese Arlequín en especial… tan especial? ¿Sería toda una confabulación?  hay que darle tiempo al tiempo y todo saldrá a la luz…

Entonces el Arlequín, en un acto de desesperación,  se fue corriendo hacia el vacío y se dijo: “yo no estoy hecho para esto”  dejando que su cuerpo se estrellara contra el fondo… y no había quien llorara otra lágrima negra en su memoria… Su cuerpo se lo comieron los cuervos y reptiles; y lo que queda de él permanece allí… pero esta historia, quizá, podría no quedar aquí… el Arlequín había adquirido una extraña enfermedad del Alma… totalmente involuntaria: no causada por él… triste fin…

 

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