Hablando “mexicano” por el mundo

Hablando “mexicano” por el mundo

Soy mexicano, he vivido en diferentes ciudades como  Nueva York, Berlín o Barcelona, y aunque pasen los años, nunca he perdido mi “mexicanidad”; tanto así, que con sólo saludar a alguien, identifica de una mi descendencia, hecho que me encanta, más aún cuando ese alguien es otro latino como yo, porque así no nos conozcamos, inmediatamente sentimos que tenemos mucho de qué hablar…  Mi teoría es que si pones a dos (o más) latinos a conversar, la charla será eterna, por dos razones fundamentales: tenemos mucho que contarnos (que giros tomó el destino para que nos encontremos acá y no allá) y, ¡no entendemos nada de lo que el otro está hablando! Esto lo digo porque, aunque 470 millones de personas tengamos al español como lengua materna, ¡no hablamos el mismo español!

La diferencia entre el español (hablado en Latinoamérica) y el castellano (hablado en España) se identifica por la pronunciación y la formalidad española versus la casualidad latina; pero, la diferencia entre el español mexicano, colombiano, argentino, costarricense, etc., es tan vasta, que a veces es necesario un diccionario para hablar entre nosotros; y si pones a dos (o más latinos) y a dos (o más españoles) a conversar, la situación se puede estar asemejando a las Naciones Unidas con necesidad de traductores incluida.

Es por eso que se me ocurrió compartir aquí algunas de las mejores confusiones lingüísticas que he encontrado a lo largo de mi vida, al conversar con gente hispano hablante de todas partes, que, al hablar yo en español “mexicano”, no me terminan de entender:

Wey: Parce, Pana, Man, Marica, Tío, Chamo, Ñaño, Mijin, Yunta, Brother, Weón, Socio, Boludo, Pibe. Todo un universo de variaciones para decir una cosa: amigo. El uso de cada uno depende de la confianza y el cariño que nos tengamos pero que hasta que entendamos que “boludo” puede no ser un insulto, puede a ver más de un malentendido.

A huevo: Bueno pues para los ecuatorianos y los colombianos quiere decir que algo es muy barato, y para los guatemaltecos que algo es muy chido, mientras que para mí es decir que si a algo… – ¿Vamos al cine? – ¡A huevo!

Chido: A los latinoamericanos nos entusiasma todo, tanto que tenemos diez mil formas de decirlo: Chévere, Bacán, Genial, Buena Onda, A huevo…

Las variaciones del pedo: ¿Cuál es tu pedo?, Estoy pedo, No hay pedo, ¡Qué pedo! No sé cómo defenderme ante los tantos usos que le damos a la palabra pedo, que puede ser tan positiva como negativa, así que le llamaría el comodín del idioma mexicano.

Hablando “mexicano” por el mundo

Hablando “mexicano” por el mundo

¡No mames (wey)!: Para nosotros quiere decir ¡no te creo!, mientras que en otros países de Latinoamérica lo dicen ¡no jodas! Y, por lo que “mames” significa en otros países, no sería difícil encontrar la expresión: ¡no jodas que dicen “no mames” para decir “no te creo”!

Historias tengo muchas, de las confusiones de cosas tan sencillas como palomitas que decimos de mil maneras diferentes (pochoclo, canguil, cotufa, cabritas) o de palabras como demasiados significados como “concha” que puede ser una grosería en algunos países, pero un nombre en otros. Al final, así necesitemos un diccionario para hablar entre nosotros, ¡no importa! Nada mejor que encontrarse con otro hispano hablante, más aún cuando se está a miles de kilómetros de distancia de casa.

¿Qué otras “mexicanadas” han escuchado y crees que necesitan traducción?

 

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