Uno de los papas más humanos, carismáticos y seguidos de la historia confesó en una entrevista algo muy peculiar que ha dejado al mundo sorprendido, además de ponerle un poco de humor al asunto.

Resulta que el religioso ha confesado que “cuando rezo, a veces me quedo dormido”, una declaración maravillosa porque demuestra que el papa es como todos los mortales, es decir, cuando está relajado en silencio y en paz, se duerme.

Pero cuidado porque el papa no solo no se arrepiente o se esconde por ello, sino que además lo justifica diciendo que “Santa Teresa también lo hacía”. El pontífice agregó que los cristianos fueron llamados a sentirse como niños que yacen en los brazos de sus padres, un lugar propicio para la siesta.

Francisco tiene 80 años, pero allá donde va irradia energía y vitalidad, por eso estas declaraciones sorprendieron al mundo, no tiene aspecto de cansado.

Es verdad que cuando reza, su rostro se vuelve serio y concentrado, inclina la cabeza y cierra los ojos por largos periodos de tiempo, motivo por el cual, además de su avanzada edad, acaba perdiendo la batalla contra el sueño.

Según fuentes del Vaticano, el papa valora mucho sus horas de sueño y las cuida, pues se acuesta a las 9 de la noche, muy temprano, pero también se levanta a las 4 de la madrugada, ¿quién sería capaz? Así que si de vez en cuando se queda dormido en sus ejercicios espirituales, nosotros lo perdonamos, es más, me encanta que lo haga, porque da señal de naturalidad, de terrenal, de que es como cualquiera de nosotros.

Uno desde fuera podría pensar que la jornada diaria del papa cuando no viaja es bien descansada y no tiene la agenda muy apretada, pero parece que no es así. Tiene una rutina a seguir al pie de la letra en la que entran muchas horas de rezo y meditación, con lo que el papa debe estar concentrado y bien descansado para no quedarse dormido.

Lo que nos encantaría saber, además de que cuando reza se queda dormido,  es en qué piensa el argentino durante sus momentos de reflexión… ¿lo sabremos algún día?

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