Michael Phelps agranda su leyenda consiguiendo su medalla número 25 en Juegos Olímpicos, la tercera de oro en las presentes de Rio.

Seguramente los vecinos de Baltimore nunca creyeron que el deportista más laureado de todas sus calles fuese un nadador. En una ciudad donde impera por encima de todo el fútbol americano (Hogar de los Ravens) y el baloncesto. Un joven diagnosticado con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) se ha convertido en el Zeus del olimpismo por derecho propio. El agua es un entorno que relaja al hombre pero que no está diseñado para vivir en él. El caso Sir Michael es distinto, perdóneme el tratamiento británico, pero se lo ha ganado en la piscina pulgada a pulgada. Su fisiología ha sido confeccionada y moldeada para funcionar como un rodillo dentro de la piscina, pocos nadadores en la historia han sido capaces de realizar una patada subacuática como la de Phelps con la que suele conseguir entre trece y catorce metros, burlando así de forma pasmosa la resistencia y la mayor fuerza de rozamiento acuática.phelps1

El Estadio Acuático de Barra de Tijuca enloquece cuando desde el videomarcador se emiten las primeras imágenes del tiburón de Baltimore, abstraído con sus auriculares e inmerso en esa rutina de relajación basada en ritmo de Hip-Hop. Hay deportistas que desprenden un aura especial (Michael Jordan, Maradona, Bolt… Uno siempre tiene la sensación de que va a ocurrir algo excepcional cuando los genios aparecen en escena) y Phelps es uno de ellos.

A sus 31 años, casado y con un hijo, irrumpe en la prueba de 200 metros mariposas con sed de venganza. Si esta prueba fuera rebautizada seguramente se llamaría 200 Phelps. El nadador americano debutó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 en esta prueba donde solo pudo acabar quinto con la friolera de 15 años de edad. phelps2Y tanto en las Olimpiadas de 2004, como en las de 2008 consiguió el oro olímpico.En Londres 2012 tuvo que cambiar el oro por la plata, donde el ganador fue el Sudafricano Chad Le Clos. Horas antes de la prueba, entre bastidores, parecía que Phelps no había olvidado la decepción de 2012, donde no dejaba de mirar de forma desafiante a Le Clos. Phelps lideró la prueba de principio a fin y pudo cerrar una herida que llevaba 4 años sin poder cicatrizar colgándose su vigésima cuarta medalla. Horas después se colocaría el número 25 en la prueba de relevos.

Como todo mito Phelps también ha tenido que alcanzar la redención. Después de superar a su colega y compatriota nadador, Mark Spitz, como deportista en ganar más medallas en unos mismos juegos (8 medallas). El de Baltimore tuvo una época en la fue relacionado con el abuso de alcohol, pero de la que ha sabido reponerse demostrando después de la treintena que es mejor deportista olímpico de todos los tiempos.

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Todavía quedan medallas en juego. El instinto depredador del tiburón sigue intacto y buscará nuevos metales preciosos para su particular historia, Phelps ha vuelto y el oro lleva acuñado su nombre, no lo olvides.

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