Como en cualquier relación que no es muy sana, he tenido episodios de amor intenso y otros de gran desilusión con Facebook. Hoy escribo desde el dolor de esta relación que no puedo terminar por una simple razón: Trabajo en Social Media.

Primero que nada, quiero aclarar que no comparto las ideas que rondan por ahí diciendo que la vida era mejor sin tecnología y redes sociales. La vida no es mejor ni peor, es distinta y punto. Por ejemplo, recuerdo cuando me mudé a vivir a Mérida y extrañaba terriblemente a mis primas que vivían en la Ciudad de México. Fue a mediados de los 80´s y como la larga distancia costaba mucho aun hablando en domingo, para platicar a gusto teníamos que escribir largas cartas que tardaban al menos un mes en llegar y para entonces obviamente ya los chismes eran cosa del pasado, pero los disfrutaba igual. Antes nos separaban unos cuantos Estados de la República y tardábamos un mes en enterarnos de nuestras vidas. Ahora nos separa el Océano Atlántico y nos podemos comunicar de inmediato.

face2A Facebook le debo conectar con mis amigos de la Secundaria, Preparatoria, Universidad, amigos a quienes conocí en el trabajo de quienes no sabría nada se no ser por Facebook. También me trajo la alegría de ver a mi Sobrina-Nieta recién nacida y también a la bebé de una amiga muy querida. De igual forma, Facebook me da la oportunidad de felicitar a mis amigos en sus cumpleaños. Me encanta que me lo recuerde porque soy conocida por ser muy despistada y siempre terminaba pidiendo perdón por olvidar el cumpleaños hasta de mi papá. Otra cosa por la cual le estoy muy agradecida es que les recuerde a mis amistades felicitarme en mi cumpleaños por que, siendo del 30 de diciembre, pasé mi niñez ignorada en mis cumpleaños porque todo mundo estaba, o de viaje, o atareados con los preparativos del Año Nuevo.

Pero, así como me ha traído alegrías, Facebook es causa de muchos sentimientos negativos con las cosas que aparecen en mi muro de noticias. Hoy estoy muy enojada porque vi un video espantoso: Unos supuestos “Scouts” repartían coca-colas a unos niños y en el centro había una pequeña niña. A la orden del “jefe”, los demás niños le vaciaron, uno a uno, las coca-colas en la cabeza a la pequeña. El dolor, la humillación de esta pequeñita, sus lágrimas, hicieron que el estómago se me hiciera nudo de la indignación. No voy a analizar el comportamiento de la bestia que incitó a los demás niños a este acto vil, porque simplemente no tiene explicación. Esa persona debería estar encerrada en un lugar especial y no tener contacto con niños nunca jamás. El mayor enojo que tengo es que algún adulto presenció eso y NO defendió a la niña. ¿Cómo es posible? Grabar un video con la “buena” intención de hacer la denuncia en las redes sociales es inconcebible. ¿Quién le va a explicar a esta pequeña que era más importante hacer viral su humillación que salir a defenderla?

face3Así como este video, día a día veo en mi Facebook publicaciones que de verdad me hacen cuestionar muchas cosas: Noticias escandalosas sin fundamento como que Carlos Salinas de Gortari se murió; Fotos de personas “desaparecidas” desde hace 3 años sin absolutamente ninguna información de contacto. O sea: si ves a esta persona, está perdida/secuestrada. Y luego ¿Qué? ¿A quién le aviso?; Los llamados memes diciendo frases ridículamente obvias como (esta es la que más me choca) “comparte si tienes un hijo que está súper guapo”.Estamos inmersos en la inmediatez de las redes sociales. No nos detenemos a pensar lo que compartimos y en sus consecuencias. Hago un llamado a todos quienes usamos las redes sociales para detenernos un momento antes de compartir noticias escandalosas y analizar:

1) Es cierto? 2) Es vigente? 3) Hacemos algún bien compartiéndolo o es útil para alguien?

Usemos las redes sociales con conciencia, no seamos herramientas de lo absurdo.

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