¿ES LA FE UN REGALO DE DIOS?

Cuántas veces estando en el silencio de mi habitación, en noches en las que no puedo conciliar el sueño, en tiempos difíciles en las que parece que no hay ningún camino que recorrer, llega a mi mente lo que me inculcaron de niña “Ten Fe en Dios” me decía mi Madre, aunque que era sólo una forma de consolarme y tal vez de consolarse ella misma, porque no tenía la profundidad que me hubiese gustado sentir, palpar desde el fondo de mi Ser.

Carta a Dios

Carta a Dios

La vida se nos presenta de muchísimas formas, la mayoría de las veces como si fuera un reto para salir adelante en la misión que seguramente cada uno de nosotros tiene que cumplir en este tiempo y espacio, y para salir avante solicitamos la presencia de Dios (o como le quieras llamar) pero es indudable que queremos recurrir a alguien Supremo, llámese Dios, Universo, Energía, etc. Para saber que no estamos solos y que al final de cuentas alguien vendrá en nuestro auxilio.

Una noche en que estaba repasando mis notas, que por cierto tengo en una cantidad enorme de libretas (no entiendo porqué no puedo terminar una y seguir con la otra) leía con cierto asombro lo que seguramente en un momento de desesperación le escribí a Dios, pensando sin lugar a dudas que El me puede escuchar y aclarar mis preguntas.

He aquí lo que me hizo reflexionar al leer estas notas, el porqué es importante que nos inculquen desde pequeños que no estamos solos, que es necesario tener FE…

Tener Fe, es aceptar que Dios está actuando por sobre todas las cosas, y tengo la esperanza que escucha mis ruegos, mis oraciones, mis peticiones, mis llamados de auxilio… Pero qué pasa cuando no se ha crecido con esa presencia llamada Dios?, ¿Cuándo uno se pregunta si existe? lo ha demostrado a través de muchos milagros que ha obra diariamente en la vida de todos, pero a veces se siente que falta algo, una pequeña cosa que no sabes qué es para poder volcarse a Él en forma absoluta.

Y digo volcarse como una forma de entregarse a esa Fe incondicionalmente, y tal vez me engaño y digo que no espero nada a cambio, tal vez si espero, tal vez si quiero recibir esa certeza que aún no tengo de que un Ser de Luz está guiando mi camino, y eso hace que mi corazón se angustie y mi ser se llene de incertidumbre.

Carta a Dios

Carta a Dios

A veces, esta falta de FE, me hace sentir que me estoy traicionando, pero sin embargo todos los días le pido y quisiera gritarle ¡aquí estoy!, voltea a verme, mírame aunque sea por un segundo, para que yo vea que me ves, que yo sienta que me observas, que te pueda escuchar a través del viento, en el silencio de mi soledad, en mis instantes de lucidez cuando sé que existes y no sólo ha sido que así lo quiero creer.

¿Qué me falta entonces Señor Dios para acercarme más a ti?, qué parte de mi vida, de mi pensamiento, de mis ideas, tengo que reforzar, o debo volver a re-educar para saber que incondicionalmente, pase lo que pase ahí estás tú, en forma de una ilusión, un camino a seguir, un anhelo que cumplir, una esperanza o simplemente como una presencia divina, de esas que siempre estoy pidiendo, y siempre estoy anhelando y a veces, sólo a veces veo pequeños destellos que no son suficientes para mi?.

En verdad quisiera renacer espiritualmente contigo de la mano y dejar a un lado las cosas que no me hacen feliz,  a las que le cierro la puerta y quisiera volver a comenzar sin haberlas conocido nunca y mi pregunta sería: Entonces ¿Volcando mi FE absoluta en ti, puedo vivir tranquila? ¿Puedo mantenerme en un estado de felicidad? ¿Se puede dejar de sentir esa ansiedad, ese miedo, esas angustias que forman parte de la vida?

Y me pregunto, a qué parte de mi cerebro debo acudir, qué parte necesito cambiar, re- embobinar, es una petición que hago cuando no veo con claridad, ¿Porque siempre pido más?

Lo sé, he recibido mucha bendiciones, he salido triunfante de muchas adversidades, que hasta parece maratón! y sin embargo detrás de todas estas preguntas, que no quiero que suenen como reclamos, ahí estoy todos los días, poniendo a prueba mi FE, todas las noches pidiendo tu ayuda, y sé que siempre me la das… eso si lo sé.

Sigue leyendo a Lili Soto

No Hay Más Artículos