“Hasta que el inconsciente no se haga consciente,

el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida

y tú le llamarás destino”.

Carl Jung.

 

Audio de Virginia Gawel: ¿Qué hay en el Inconsciente?

https://www.youtube.com/watch?v=_bIanvUPbh8

Siento decepcionarlos, pero no se trata de ir por ahí, alegremente, creyendo que todos nuestros deseos se van a materializar en el acto, tan fácil como sacar un conejo del sombrero de un mago. Toda experiencia es precedida por una creencia, es muy fácil de comprender la idea de que toda consecuencia se manifiesta porque antes hubo una causa, sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado de dónde vienen nuestras creencias?, o mejor aún, ¿cuáles son nuestras verdaderas creencias?

 

Crear es muy similar al arte de la agricultura. Para tener una cosecha próspera, primero hay que quitar la maleza y luego preparar la tierra con los abonos y nutrientes adecuados. En un terreno azotado por la sequía, no se genera abundancia, de igual forma, si hay plagas, tampoco se puede esperar que las semillas fructifiquen. Así funciona la mente inconsciente. Si quieres crear una vida próspera, primero debes reconocer cuáles son los programas que llevas a nivel inconsciente y las creencias que los sustentan. Creas tu realidad a partir de tus creencias, pero debes aprender a reconocer cuáles son esas creencias y la única forma es observando reflexivamente tu comportamiento y el de la gente que te rodea, ellos son tus espejos.

La mayoría de la gente cree que es optimista y que con una actitud positiva basta para afrontar los desafíos de la vida, aunque las circunstancias le proyecten lo contrario, frustración y desengaño. En vez de huir, ten el coraje y la honestidad de preguntarte y responder, ¿qué aspectos de tu personalidad que no quieres reconocer en ti mismo, te están reflejando las personas a tu alrededor?, ¿qué percepciones tienes de los demás?, ¿qué situaciones de tu vida se repiten? En las relaciones de pareja, por ejemplo, ¿te ha sucedido que concluyes una relación por el motivo que sea y al cabo de un tiempo, inicias otra relación, con una persona en la que terminas descubriendo las mismas características de tu pareja anterior y no importa cuántas veces vuelvas a cambiar de pareja, siempre te enfrentas a la misma situación que causó la ruptura con la primera? Muchos pueden pensar que es cuestión de mala suerte, y creer en el azar es persistir en el error de sentirnos ajenos a las situaciones que vivimos. La verdad es que por ley de atracción, atraemos personas y situaciones que sintonizan de alguna manera con nosotros o guardan algún tipo de afinidad. ¿Por qué a mí? No se trata de generar sentimientos de culpa porque no tiene sentido, sino de indagar la causa, la razón por la cual atraes determinado tipo de personas y circunstancias que desencadenan un conflicto muy concreto, ¿cuál es ese conflicto?, ¿qué representa para ti esa situación?, ¿pone en jaque tus creencias y valores?, ¿cuáles son esas actitudes y rasgos de tu personalidad que te producen sufrimiento?, ¿en qué creencias están basados?, ¿qué buscas en la otra persona?, ¿qué lección puedes aprender a través de esa situación?

Si quieres a alguien especial en tu vida, conviértete en la persona que quieres atraer, cultiva en ti las cualidades que quieres encontrar en el otro, si quieres atraer luz aprende a brillar.

Más que salir en búsqueda de algo, primero debemos hacernos conscientes de lo que estamos atrayendo y desde dónde lo atraemos. Eres el creador de tu vida, ¿desde dónde estás creando?, ¿desde el amor o el miedo?

También atraemos a partir de las memorias transgeneracionales, las historias de nuestros antepasados nos habitan y son la trama que urde nuestro destino.

Las generaciones anteriores te legaron sus triunfos y fracasos, y ahí en ese punto del camino hasta donde ellos llegaron, es desde donde debes emprender tu propio camino. ¿Crees que vienes solo al mundo? No. Traes en la espalda un gran equipaje, para algunos, más pesado, con vínculos por sanar, conflictos por resolver, dolor emocional que liberar y energías que equilibrar a través de la toma de consciencia. De lo contrario, te conviertes en un títere de fuerzas que desconoces, terminas afrontando las consecuencias de las acciones que otros cometieron, pasas a ser el personaje de un guión que otros escribieron; esos hilos deben cortare para recuperar la libertad y empezar a vivir acorde al verdadero propósito de tu alma. Recuerda que para el inconsciente no existe el tiempo y actúa en un eterno presente, así que lo mismo le da que el asunto a tratar le haya sucedido al bisabuelo, al abuelo o al nieto, lo importante es el flujo de energía adquiriendo diversas manifestaciones en distintos escenarios hasta lograr equilibrarse y reiniciar otro ciclo, un constante movimiento pendular entre polaridades. Por esta razón es esencial conocer la historia familiar y en especial, lo no dicho, los secretos pueden pesar de forma descomunal en la vida de un individuo. Sin embargo, nada es impuesto, elegiste nacer en un determinado lugar porque tu alma quiso tener ese aprendizaje.

Analógicamente, un conflicto se manifiesta de la siguiente manera: Vas caminando y encuentras una piedra en el camino, es tan insignificante que ni siquiera tienes que agacharte a recogerla, basta con que la apartes con el pie y sigas tu trayecto. Luego vuelves a encontrar otra piedra, no es demasiado grande, pero tampoco es tan pequeña para apartarla con un puntapié, así que la recoges y la tiras a la orilla, sin prestar mucha atención. Continúas caminando y tienes que detenerte de forma abrupta, el suelo está agrietado y hay gran una cantidad de cráteres, te vas a tardar demasiado saltando de un lugar a otro para esquivarlos. Te lamentas de haber ido en esa dirección y prefieres tomar un atajo, entonces, un gigantesco risco aparece en el horizonte, las opciones son escalar para cruzar al otro lado o volver al punto inicial. Decides regresar y de nuevo, cambias de rumbo, el camino es amplio y radiante, recobras el ímpetu y avanzas presuroso para descubrir que desemboca en un abismo.

 

Somos personajes en una gran obra de teatro, sin embargo, el guión lo escribieron otros. Nuestra misión es cortar esos hilos para dejar de actuar como marionetas y escribir nuestra propia historia, interpretando al personaje que realmente queremos ser.

 

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