La educación siempre será una preocupación de las familias y de los gobiernos. Aplicar el concepto: INTELIGENCIA EDUCATIVA, a las acciones públicas y privadas debe ser un propósito de todos nosotros.

El deseo de los padres por darles a los hijos la mejor y más calificada educación debe observar un límite para evitar que se convierta en tolerante y permisiva.

Los niños lo entienden y aprovechan y se pierde la autoridad sobre ellos y pueden hacer los que se les venga en gana, convirtiéndose en pequeños tiranos dueños de la verdad y de la casa. Las reglas y los límites  son indispensables de aplicar sin ningún reparo o miedo para darles seguridad, valores, en un hogar estable y armonioso.

Es peligroso cuando  los niños adoptan actitudes de baja  autoestima e inseguridad personal y muy seguramente presentaran problemas de conducta. Debe existir un equilibrio entre una educación permisiva y una autoritaria, marcando normas y límites con flexibilidad, cariño y respeto.

Los padres piensan que el ser modernos y de mente abierta significa ser cómplices y  laxos en los horarios y reglas que eventualmente puedan traumar al niño. Los hay que por muy ocupados y falta de atención tienen sentimientos de culpa y optan por darles rienda suelta a las normas, llenándolos de regalos innecesarios y dejando el peso de la educación en manos de niñeras, abuelos y profesores.

Esa idea de darle al niño lo que no tuvieron los padres en la infancia es tan errada como peligrosa.

El niño no lo ve así. Debe aprender de frustraciones de la vida, que no es color de rosa, hay que conectarlos con la realidad, el no, tan odioso,  debe ser utilizarlo con frecuencia.

Unas rutinas definidas en cuanto a la salida a la escuela desde muy temprano, el desayuno, el aseo, la alistada de los útiles y demás cosas que hacen parte del diario vivir, son acciones que darán réditos en su comportamiento adecuado.

Tener Inteligencia Educativa es darles referentes claros, dialogo y escucha permanente, amor y sentido común y fundamentalmente poner límites a su conducta. Así las cosas, el exceso de protección o sobreprotección de los padres, la alcahuetería, el encubrimiento de los errores, harán que los niños crezcan sin una línea de comportamiento.

Ellos ya en edad mayor repetirán lo de los padres y adoptaran conductas equivocadas e incluso delictivas.

La educación espiritual les evitara grandes conflictos sobre los valores y formas de asumir la vida con tolerancia e inteligencia emocional.

Hay que ser papa y mama, no amigo o amiga, el ejercicio de la autoridad radica en esta actitud. Hay quienes dicen que desde que se inventó el dialogo, se acabó la autoridad. Puede ser cierto en algunos casos, pero el niño entenderá mejor y sin bullying una reflexión a tiempo que una palmada a destiempo.

Pensemos que las redes sociales a las que se está expuesto desde muy temprano son la gran competencia. Su control, así como el control del celular, sin datos de navegación hasta los 14 años, eso recomienda los sicólogos, serán acciones muy importantes en la dura tarea de aplicar la Inteligencia Educativa.

Así que no es nada fácil la educación, más aun en tiempos en que se vive aceleradamente en todos los aspectos. Es por lo que hay la tendencia en los milenios de tener mascota en lugar de hijos.

 

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