La pequeña Pame jugaba distraída en su casa muñecas que había armado, en el campo de su finca, como su refugio privado. Había en la casita amigos imaginarios: el perro Beethoven, lleno de amor y ternura, que protegía sin descanso a su amita, Archivaldo, el muñeco liberado de su dueño, el ventrilogo, que con sus historias la acompañaba graciosamente, sus dos amiguitas que inventaban juegos de cocina donde ella hacía de nevera.

Mucho tiempo pasaba y su imaginación volaba creando historias, pensando en la feliz vivencia del juego del papa y la mama, poniéndole nombre a todos sus personajes que la visitaban. La pequeña Pame, protagonista de sus sueños, con Uriel, su arcángel amigo de la nube vecina, recorrían las nubes blancas de su cielo azul, sembrando con los ángeles semillas de amor.

¡¡¡oye!! allí está la Luna, que blanca y misteriosa, ahí es donde haremos nuestro refugio con estos diminutos angelitos que de la tierra vienen. Vamos a ser sus angelitos de la guarda para que las nubes negras y los demonios de la tierra no les hagan daño.

Ohhhh sorpresa, a medida que volaban por las nubes, muchos angelitos aparecían y más tesoritos ellos protegían. Pero no estaban solos, tormentas y nubes negras los intimidaban. Oye Uriel, estoy segura de que somos más los de la guarda que los otros, recorramos la tierra allá abajo con nuestra fuerza defensora de la vida y sembremos a nuestro paso semillas divinas para recoger muchos TESORITOS.

Y así trascurrían los días y los tiempos de estos angelitos de la guarda. Era una acción interminable que estaban decididos a continuar hasta el final de sus fuerzas y más que ahora, Pame la soñadora, el angelito mayor y Uriel, tenían un gran motivo para celebrar en su bella luna: Su propio TESORITO, llegaría desde el cielo, desde la nube de la felicidad y del amor.

Aun no hay fiesta, solo hay que celebrar la legión que habían formado, la fe con que volaban por las nubes del cielo y las ayudas de los ángeles grandes que protegían a Pame y a Uriel.

Esta historia sigue y continúa creciendo en Pame, el Tesorito, esperado con fe y felicidad por toda la legión angelical y por las grandes nubes mayores, y

Seguirán soñando porque para ellos los sueños si se cumplen.

 

 

 

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