Estamos viendo la llegada de un nuevo vendedor de productos con nuevas marcas y extensos puntos de venta. Lo que se está convirtiendo en un riesgo para el mercadeo y las marcas tradicionales.

Tiembla el mercadeo

Tiembla el mercadeo

En Colombia, como en México y Perú, se han creado establecimientos pequeños, de no más de 500 metros, estratégicamente ubicados en diferentes sitios de las ciudades, compitiendo directamente con las TIENDAS de barrio. Nada de publicidad, cero promociones, nada de tarjetas de crédito, no bolsas, compras en efectivo, con los mínimos costos para lograr unos precios que llegan hasta el 40 % menos que en el mercado tradicional y nuevas marcas que tienen la oportunidad de vender al mayoreo y sin la presión de las grandes. Este consumidor, ha abandonado la fidelidad y a sus tradicionales productos para comprar barato y de buena calidad, que poco a poco se toman los hogares y los gustos de estos consumidores, se perfila un nuevo comprador y unas nuevas marcas. Se estima que las grandes superficies han disminuido en cerca del 28% sus ventas, con utilidades negativas y estos nuevos almacenes han sumado más de US$ 1.333. Millones, ($ 4 billones de pesos col.)

“Los centros comerciales, que empiezan a sentir la presión de mucha competencia en muchos sitios de la ciudad”

Estos nuevos jugadores comerciales llegaron para quedarse y el consumidor, de todos los sabores y colores, estará feliz disfrutando los beneficios que genera esta apuesta de los grandes grupos económicos en la reconquista de un consumidor sin muchas opciones al alcance de su presupuesto.

Se repite el ciclo de mercadeo con el que iniciaron las Grandes Superficies. Esos almacenes entraron con precios muy bajos, marcas propias, promociones, descuentos, tarjeta de crédito propia y a medida de su crecimiento fueron ajustando los precios pensando que ya su consumidor estaba enganchado y se mantendría fiel a pesar de sentirse lesionado en el bolsillo. Crecieron enormemente convirtiéndose en almacenes de un alfiler hasta el automóvil. Está visto que estos nuevos compradores buscan artículos específicos principalmente en lo referente a la canasta familiar.

Otra situación son los centros comerciales, que empiezan a sentir la presión de mucha competencia en muchos sitios de la ciudad. Aunque cada núcleo tiene sus nichos de compra, los altos costos en los arriendos y en las ventas de locales, hacen que las marcas tengan demasiados puntos de venta imposible de cubrir. Un reciente estudio muestra que estos mantienen un buen nivel de ventas en sectores de comida, entretenimiento y financieros: pago de servicios y diligencias bancarias. Hay una buena asistencia de la familia que se convierte en los fines de semana en el objetivo claro para estos lugares en lo que respecta a comidas, entretenimiento con cinemas, juegos, y lugares temáticos. El resto del movimiento del centro es deficitario.

Esta década será histórica para el mercado que afrontara una tremenda dificultad en reposicionar sus marcas tradicionales y del comercio en adaptarse a las ventas Exprés, defendiéndose con creatividad, innovaciones, promociones y valores agregados a los productos.

Amanecerá y… compraremos.

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