Celestial morenita mía,

dar un paseo por tu cuerpo y beber de tu néctar

siempre me hace perder las nociónes de tiempo y espacio.

 

Me es difícil separar la realidad de lo onírico;

Pero conozco que no se trata de un sueño

cuando descubro mis manos y boca llenas de estrellas

y cometas enredados en el pelo.

 

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