Llevo un tiempo viendo como la economía colaborativa abarca más y más espacios tanto del mundo offline como del online. Con motivo del Mobile World Congress en Barcelona y siguiendo su actividad en Twitter, ya que me interesa todo lo relacionado con la actualidad y la tecnología, descubrí empresas que buscan integrar la economía basada en la colaboración con el mundo digital. Se crean entonces aplicaciones (apps) con distintos objetivos y mercados que facilitan la comunicación entre los miembros de la comunidad digital e incentivan la participación e intercambio de bienes y servicios entre ellos.
Una que me llamó especial atención en la conversación de Twitter del MWC16 fue Tinkerlink. Plantean crear toda una comunidad especializada en oficios con el fin de que personas que necesiten a alguien que les ayude en algún tema específico, puedan encontrarle y con un valor añadido: la confianza. Observando su discurso en redes sociales he entendido su funcionamiento.

 

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Cuando contratas a alguien muchas veces lo haces por recomendación, y si estás en una comunidad que constantemente opina y califica el trabajo de las personas, te dará más confianza contactar con la persona que estás buscando para realizar un trabajo concreto. Otro de los puntos fuertes es que si eres tú el experto que ofrece el servicio, te puedes anunciar y pedir a las personas con las que has trabajado, que te recomienden y así aumentarás tus posibilidades de ser contactado.

Lo que me parece interesante es la filosofía de colaboración, y sobre todo en el ámbito de los servicios. Todos tenemos diferentes habilidades que queremos o podemos explotar. Muchas veces es a lo que nos dedicamos y otras veces son parte de nuestros hobbies. Con la economía colaborativa podemos ofertar aquello a lo que nos dedicamos o aquello en lo que somos de utilidad y así sacar de un apuro a otra persona que necesite lo que sabemos hacer. Las nuevas tecnologías han implementado una nueva forma de comunicarnos y de llegar a más gente desde la comodidad de nuestra casa.

¿Cuántas veces hemos necesitado algo urgente y luego nos damos cuenta de que la persona que nos podría haber ayudado era nuestro propio vecino o alguien de nuestro entorno? A mí por supuesto me pasa constantemente. Y si a eso le añades que puedes ver la apreciación que otras personas tienen de su trabajo, respaldadas incluso con fotografías, pues la sensación de confianza aumenta notoriamente.

La economía colaborativa ya está integrada en nuestra sociedad. Ha dejado de ser una visión de futuro y ha pasado a ser un tema del presente, que aportará mucho al desarrollo de nuestras comunidades.

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