SOY

Soy el aroma que se va de la rosa

Soy la rosa que brota del talluelo

Soy el talluelo que se eleva del suelo

Soy el suelo que dio aroma a la rosa

Que te entrego en tus manos, preciosa

Cumpliéndose con ello, un anhelo

¡Cuántas cosas, Señor, cuántas cosas!

Para poderle decir que la quiero.

Soy la lluvia que baña el sendero

Soy el sendero donde dejas huellas

Soy las huellas que siguen la estrella

Soy la estrella que ilumina el cielo.

Cielo, sendero, estrella y rosa

Lluvia, talluelo, huellas y suelo

¡Cuántas cosas, Señor, cuántas cosas!

Para poderle decir que la quiero.

¿Y el aroma que se fue de la rosa?

No fue muy lejos, se quedó en su pelo.

 

     NAVEGAR

Soy el río que se va aproximando

Al recodo que tuerce la selva

Y serpentea de puro gusto

Donde las sombras enseñoreadas

Viven su reinado vegetal.

Selva tupida, llena de vida

Que se puebla de cantos sonoros

Pájaros, guacamayas y loros

Aves de un abanico multicolor.

Y sigo mi curso ondulante y suave

Porque así quiero desplazarme

Ambientes que se inclinan a mi paso

Con ganas de seguirme, siempre

Voy navegando y serpenteando

Voy remontando y murmurando

Llevo conmigo acompañantes

Que nunca dejo y voy adelante.

 

EL ACOMPAÑANTE MARINO

Te vi como caracola marina, alga y gaviota

Y me hice faro vigilante y muro rompeolas

Para velar tu sueño de sirena en playa solitaria

Y beberme toda el agua que manan tus cocales.

Me hice eco distante de voces de naufragios

Que desde siglos vagan en las crestas de olas

Golpeando los abruptos bordes de los acantilados

Superficie de sal que el viento ha erosionado.

Y te quedaste anclada, un día del ayer ya lejano

Y yo, como osamenta de un galeón fantasma

Que trae la marea eterna y persistente

En un rumor tenaz y obstinado

Como un pelícano porfiado

(Gaviero de mástil, divisando horizontes)

Día a día camino por la arena para estar contigo.

No sé si esto es como un premio

O si es como un castigo.

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