A pesar de que en México se han creado cerca de 3 millones de puestos de trabajo, según indican datos del IMSS, hasta diciembre de 2017 y que desde el 2012, cerca de un millón y medio de mujeres se han incorporado al mercado laboral, disminuyendo el porcentaje de mujeres desempleadas en un 21.8%, la situación del género femenino pasa por una situación de precariedad.

De cada 10 personas que integran el mercado laboral, solo 4 son mujeres y por cada mujer contratada, existen 3 hombres trabajando. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el estado de Chiapas es el de menor inclusión de la mujer al mercado laboral, seguido de Veracruz, Tabasco y Zacatecas. Estas cifras demuestran que es de obligado cumplimiento redoblar esfuerzos en la lucha por la equidad de género en el mercado laboral de México.

Es una realidad que el trabajo en el país crece y las oportunidades mejoran, pero si no se adoptan políticas de integración de la mujer al trabajo, si no se le facilita el acceso a dicho mercado y si no se mejora la igualdad salarial, la precariedad continuará para la mujer trabajadora.

Según cifras de la ENOE al cuarto trimestre de 2017, por cada mujer que accede a los trabajos mejor pagados (mayor a 5 salarios mínimos) habrá 3 hombres que ganen lo mismo y por el contrario, de cada 100 trabajadores en el rango de ingresos más bajo (hasta 1 salario mínimo), habrá 4 mujeres más que hombres. Para mejorar el salario de la mujer y que acceda a puestos más alto, es necesario mejorar su formación e incrementar la disponibilidad para trabajar. La mujer tiene por lo general menos tiempo para dedicar al trabajo porque está más centrada en las tareas que comporta el ámbito familiar. A más ayudas, más facilidad para obtener una mejor formación y más tiempo para acceder al mundo laboral calificado.

Está claro que la creación de empleo es una obligación y un deber para mejorar las condiciones de todos, pero para llegar a un mercado más justo entre hombres y mujeres hay que garantizar el acceso igualitario al mismo, facilitar que la mujer disponga del mismo tiempo que el hombre para trabajar, buscar que el ascenso de puestos sea puramente meritocrático y garantizar iguales condiciones de trabajo entre ambos géneros.
En el plano político, estamos a dos meses de las elecciones presidenciales, ¿qué dicen los principales candidatos sobre este tema?
José Antonio Meade propone en su agenda un mayor ingreso para las mujeres, igualdad salarial y de oportunidades y programas de apoyo como escuelas y guarderías para aligerar la carga que tiene la mujer a su cargo.

Ricardo Anaya, por su parte, a través de un tuit se comprometió con todas las mujeres a garantizar las condiciones laborales que les permitan a las mujeres, si así lo deciden, trabajar y ser mamás.
A través de un video publicado en sus redes sociales, Andrés Manuel López Obrador dijo que, “hay una monstruosa desigualdad tanto económica como social”, pues dijo que México es uno de los países en el mundo en el que las mujeres padecen de la mayor desigualdad.

AMLO también dijo que las mujeres son víctimas de las mayores discriminaciones, pues pese a que una mujer esté preparada con el mismo nivel académico de un hombre gana menos. Agregó que, en las comunidades más pobres, trabaja mucho más y es maltratada.

Queda claro entonces que la mujer y el trabajo son temas claves en las agendas de los principales candidatos presidenciales, habrá que ver si todas esas intenciones no caen en saco roto en la nueva legislatura y cambio de gobierno.

 

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