Eres el vino que se acaba donde empieza la sed,

un fragoroso relámpago de lo invisible,

Eres La Luz del día en un cielo que huye

revelando en nosotros la soledad de Dios.

 

Eres el hambre que se extingue sin saciarse jamás.

Eres el latido de la eternidad al pulso de un adiós que suena abajo de la tierra y la comunión de lo imposible.

 

A veces siento que te inventé en medio de la ofuscación de un sueño que parecía verdadero,

mi más grata fantasía es un ángel de Eros.

 

Eres el dolor y el amor que siento,

Un ave nocturna y mi fortuna reina

Y bruja, princesa  de mis sueños y mis encuentros pasajeros.

 

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