Concepción Hernández

Adivina, Adivinanza…

No sabes lo feliz que me hace dirigirme a ti, llevo mucho tiempo intentándolo y por fin hoy heme aquí y a ti, ahí. No me presentaré, no ahora mismo, no quiero que dejes nuestra relación en este punto. Si me lo permites, jugaré contigo a las adivinanzas, te daré pistas y no te preocupes porque tan pronto como haya terminado con ellas, también te daré la solución.... Seguir Leyendo...

El juego de la vida

Hace millones de años un universo perfecto y completo se encontraba triste. A pesar de ser “Todo Poderoso” y de no necesitar desear porque todo lo tenía, en él había surgido una pregunta… Soy Absoluto, no puedo compararme con nada porque nada más existe, entonces… ¿cómo puedo sentir mi Perfección?... y dado que en la perfección no hay espacio para la duda, de inmediato apareció la respuesta… Preciso experimentarme a través del contraste, para sentir la plenitud, debo antes sentir carencia.... Seguir Leyendo...
El Destino

El Destino

Manuel tenía 30 años y no esperaba nada de la vida. Bien temprano se calzaba unos deportivos y salía a correr por la playa. Una mañana tropezó con algo, parecía una botella vacía, sucia y medio rota. Pasó de largo sin percatarse de que en su interior había algo parecido a un trozo de papel. Al cabo de unos minutos, cansado y exhausto regresó sobre sus pasos y entonces, ocurrió.... Seguir Leyendo...

Concepción Hernández

Concepción Hernández es matrona y psicóloga, declara sin tapujos un amor enfermizo hacia la vida y no escatima esfuerzos en proclamar el poder de la gratitud y el perdón a los cuatro vientos. Vive en Alicante (España) con su marido y sus dos hijos. “Lágrimas de pan” (2014), fue su ópera prima, y en ella nos mostraba una particular manera de entender la vida. Más recientemente con su segunda novela, “Buscadora de abrazos” (2016), desea compartir con el lector una esperanza: “no importa si te sientes perdido, todos lo hemos estado en alguna ocasión, lo verdaderamente importante es saber que el camino de regreso hacia uno mismo es sencillo y siempre está disponible. Tan sólo hay que dar un paso, el primer paso. Lo siguiente, confiar”. Con un cálido y sencillo lenguaje consigue sumergir al lector en profundas y complejas emociones como el miedo, la culpa y el amor. Y en cuanto tiene ocasión, aprovecha para hacer un guiño al ho’oponopono, sorprendente y maravillosa técnica ancestral hawaiana de resolución de problemas, que un buen día llegó a su vida con la firme intención de no marcharse.