Liliana del Rosso

Una caída tonta

Aquella calurosa mañana de agosto, Camilo abrió la puerta de la cocina, su mujer estaba apoyada en el fregadero mirando por la ventana. Sus ojos se perdían en la selva de edificios que apenas dejaban ver el cielo. A su lado el vapor que salía de la cafetera invadía hasta el último rincón.... Seguir Leyendo...