Parece mentira, todavía huelo a frutilla, cuando recuerdo los colores de mi cartuchera lila.

Parece mentira, que el pupitre siga en primera fila
que los marcadores dibujen todavía mil sonrisas.

Parece mentira, que escuche el timbre del recreo cada vez que veo dibujar mi nombre con tiza.

Parece mentira que hayan pasado en un minuto, mil años de sueños atrapados, de caminar los pasillos dejando cenizas.

Parece mentira que como un tornado, los años hayan arrebatado las ilusiones de niña.

He visto tanto, que volvería de nuevo para abrazar la vida.

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