Que lluevan lágrimas de alegría

qué sanen el corazón y el alma

que se agiten los mares de nostalgias

y se disipen los dolores , y se diluyan angustias pasadas.

 

 

Que el odio se transforme en canciones de alabanzas

que las palabras sean para sembrar  amor y esperanzas

que las sonrisas se propaguen raudamente

para que las heridas sean sanadas.

 

No es algo utópico ni lejano

que un remanso de paz

se asome por nuestras ventanas.

 

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