Compliance, término que indica el cumplimiento regulatorio que debe tener toda organización frente a las leyes, reglamentos, normas, boletines, misceláneas, acuerdos contractuales, políticas, protocolos y estándares aplicables a su funcionamiento pero, no es sólo cumplir la ley, eso es obvio, es organizarse para cumplirla, establecer procedimientos y mapas de riesgos desarrollados a la medida de cada organización para dar seguimiento y vigilar el cumplimiento normativo que permita que cada empresa opere dentro de la legalidad en función de sus necesidades y, con ello, tener una buena reputación, el tan valorado Goodwill.

Son muchos los temas que deben estar en total cumplimiento para tener una cultura empresarial estricta y un conjunto de buenas prácticas que logren identificar riesgos operativos o consecuencias frente a posibles eventualidades, casos de discriminación o corrupción, más vale prevenir, y como siempre lo he dicho

El derecho preventivo siempre será mejor, y más económico, que el correctivo.

El compliance debe ser un desarrollo de visiones y acciones para tener una cultura corporativa adecuada, un sistema claro establecido en manuales y mapas del deber ser de cada empresa cuya finalidad sea lograr la materialidad de las operaciones que celebramos día con día guiados por un buen GPS de riesgos, ya que una deficiente documentación soporte puede ser la diferencia entre una empresa exitosa o una empresa mediocre, es más, puede ser la diferencia entre la cárcel o la libertad.

El comportamiento ético no sólo se enseña, también se entrena

se debe capacitar supervisar, explicar a todo el personal en que consiste y que persigue el cumplimiento, tener supervisores e indicadores claves para verificar esos procesos, ya que es importantísimo lo que una empresa ahorra en prevención.

 

La función del compliance debe estar conectada con otras funciones que asumen roles igual de importantes ya que la gravedad que puede alcanzar un incidente de cumplimiento es un riesgo inútil y muy caro para una organización respetable, por mencionar algunos ejemplos:

Ralph Lauren – Argentina (2013), donde uno de sus empleados pagó dádivas en aduana, cuando estaba prohibido por el corporativo en USA, la multa que se pagó fue de 1.6 millones de dólares; Telefónica – Brasil (2014), dieron boletos para una copa mundial a clientes VIP, incluyendo a funcionarios de gobierno, violando con ello los contratos gubernamentales y causando una multa millonaria; Amazon (actual) la cláusula absurda pero que todos hemos firmado del apocalipsis zombi (42.10) hoy día publicada y a la cual te adhieres cada vez que compras en esa plataforma; un Grupo Hotelero en México publicó una convocatoria donde pedía empleados SIN discapacidades, llegó a la Corte y la empresa hotelera perdió 3 millones de pesos por daño moral y discriminación; o la famosísima cláusula Van Haleny sus M&M´s, una astuta forma de asegurarse si el promotor se había leído el contrato. Ergo, si hay que leer los contratos, ¿Sabes cuáles son tus obligaciones en todos los contratos que has firmado? ¿Estás en debido cumplimiento con tu empresa? ¿Todas tus operaciones están materializadas? Llama a tu abogada.

 

 

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