En Colombia las cosas cada vez parecen ponerse peor, lo terrible de la situación, es que cada día que pasa el panorama se vislumbra más obscuro, y no se asoma, lo que los clásicos llaman una luz al final del túnel, la actuación gubernamental ha sido criminalmente execrable.

Es necesario ser muy claros al decir, que los movimientos sociales que hoy tienen al país de Fernando Botero Angulo, al borde del abismo no iniciaron hace tres semanas,

que fue cuando el Presidente Iván Duque Márquez, envió al Congreso la propuesta de reforma tributaria que pretendía cobrar más impuestos especialmente a las clases medias, debemos enfatizar que el desbordamiento de esta revuelta popular, sin duda se venía gestando desde hace años, posiblemente décadas, al menos desde 2002, hoy fue la gota que derramó el vaso de la paciencia del pueblo, particularmente de los jóvenes.

El actual presidente colombiano habita la Casa de Antonio Nariño, desde agosto de 2018, la campaña electoral fue lo menos, rara, por primera vez en muchos años no se centró en la lucha o el trabajo en contra del narcotráfico y los capos del mismo, en ese entonces, el vértice de la contienda fue la negociación y posterior incorporación a la vida política, del grupo guerrillero de las FARC, (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), procedimiento que sin duda dejó fracturado al país, que demostró gran parte de su rechazo al proceso mismo, al relegar al negociador en jefe y candidato presidencial, Humberto de la Calle Lombana, al último lugar electoral, sin embargo, a Gustavo Francisco Petro Urrego quien sus inicios políticos, los hizo dentro de la cúpula del Movimiento 19 de abril (M19), que nació como rechazo al fraude electoral en 1970, que terminó radicalizando su movimiento, provocando una serie de atentados en todo el país que lo condujo a dos décadas terribles, se le dio la fuerza electoral suficiente para llegar a la segunda vuelta final.

El abogado Iván Duque es muy joven, nació en 1976, inició su carrera política a la sombra de Juan Manuel Santos Calderón cuando era Ministro de Hacienda, quien lo nombró representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, en 2013 precisamente con el inicio de las negociaciones con las FARC, rompe y regresa a su país para postularse como candidato a Senador, pero por la oposición cobijado por el Partido Centro Democrático, fundado por el fascista Álvaro Uribe Vélez acérrimo rival de entonces Presidente Santos, y que había gobernado la nación entre 2002 y 2010, ya como candidato presidencial, nunca escondió sus aberración a la negociación, de hecho al ganar, mantuvo las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional solo de fachada y para disimular con los compromisos internacionales, especialmente el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, negociaciones que rompió con el atentado a la Escuela de Policía General Santander en 2019.

La reforma del 15 de abril pretendía ampliar la base tributaria cobrando impuestos a los que ganaran 2,300,000 pesos colombianos (aprox. 13,000 pesos mexicanos),

si se considera que el salario mínimo en el país es de 908,000 pesos colombianos, el gravamen llega a los que gana poco más de dos salarios mínimos, además la legislación contemplaba un aumento del Impuesto al Valor Agregado que impactaría de forma especial en los combustibles y por ende en todos los productos, en un país en donde el crecimiento del Producto Interno Bruto en promedio ha sido del 3.4% los últimos diez años, y no alcanza para resolver la disparidad social, en la cual se calcula que el quintil más rico controla el 57% del PIB nacional, y el 20% más pobre el 3.

Sin duda alguna los grandes impulsores de los cambios en las sociedades del mundo, históricamente han sido los jóvenes, 1968 lo demostró en Checoslovaquia, Francia, y México,

no tenía por qué ser diferente en Colombia, la fuerza y la valentía que demuestran en sus acciones, el arrojó y la cándida ilusión que da la inexperiencia los hacen actuar de forma alegremente irreflexivos, con la ilusión de que la protesta es legítima y de que el gobernante va a respetar sus derechos, hoy lamentamos 24 chicos colombianos muertos, y un Presidente que no supo entender a su juventud, cuando los jefes de gobierno se despojan de la investidura institucional, y se autodenominan caudillos, los mesías, salvadores del pueblo, se creen los dueños de la verdad única, rechazan cualquier razón contraría a su pensamiento, se vuelven estólidos y culpan a otros, especialmente al pasado de sus errores.

Iván Duque ha manchado sus manos de sangre, retiró su propuesta tributaria, ya no es suficiente, la historia internacional lo pondrá en el mismo lado que de los dictadorzuelos que lamentablemente en demasía ha tenido nuestro continente, a él le tocará decidir si sale como todo ellos por la puerta de atrás, o arrostra como hombre ese juicio.

 

 

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