Un día de esta semana que termina, amanecimos con el sorpresivo anuncio del Presidente de Estados Unidos Joseph Robinette Biden Jr., que un grupo de elite del ejército norteamericano, había dado muerte al autodenominado Califa del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIS), Amir Mohamed Said Abderraman al-Mawlal, artísticamente conocido como, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi, cuyo “Territorio” de influencia principal (no único), es equivalente al Reino Unido, y donde están mayormente asentados, se encuentra en los países de Irak, y Siria, de hecho la acción en la que murió el personaje en mención, fue al noreste de esta última nación, precisamente en la ciudad de Atimah, casi a raya de frontera con Turquía, por lo que requirió una precisión milimétrica; nunca en esa zona, pero ahora menos, está el agua para los caldos de un error.

 

Acciones de este tipo son de las que definitivamente reconfiguran la geopolítica internacional, y cambian el mundo,

porque sin duda, debemos esperar la reacción de los que se sienten afectados y sus apasionados seguidores, pensar que no habrá un rebote, sería tanto como suponer que le diablo se quita los cuernos y la cola, para andar por la calle, y es que ISIS ha demostrado a lo largo de su historia que puede, si se lo propone, y normalmente están muy dispuestos a ello, causar mucho daño. Está es una organización catalogada por la Organización de Naciones Unidas como terrorista, su nacimiento se pierde en la nebulosa que siempre tienen las estructuras delincuenciales, sin embargo, se considera que ideológicamente comenzó a conformarse a partir de 1999, pero a raíz de la guerra contra Irak, comandada por Estados Unidos, con Australia, España, Polonia, Portugal, y Reino Unido, en 2003, el jordano Abu-Musab al-Zarqaui creó una estructura que combatiría la llamada invasión, y en ese momento se alió a Al Qaeda.

 

A la muerte de Usáma bin Muhammad bin Awad bin Ládin en 2011, ISIS se escinde y toma el liderazgo Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarri, quien conformó el califato, estableció su poder en la ciudad iraquí de Mosul, al norte de ese país, ideó un mundo musulmán monoteísta, exigió la obediencia de todos los islamistas, la revista Forbes lo consideró de los 50 hombres más poderosos del planeta, ya que tenía influencia directa sobre 11 millones de personas, este personaje, llegó a ser contemplado como el terrorista más peligroso del mundo, el gobierno norteamericano ofreció hasta 25 millones de dólares por su captura, la cacería provocó que se moviera a la región norte de Siria, precisamente en Idlib, ciudad heredera de las tablillas de Ebla, en las que, nada más y nada menos, se da constancia de su influencia en el nacimiento de la escritura, pues ahí, fue localizado y muerto en 2019, por lo que entonces, pudo llegar al liderazgo quien era considerado su mano derecha, y que debido a la situación de acoso que ya tenían, vivió prácticamente en las sombras a partir de ese momento, el recientemente inmolado al-Hashimi al-Qurashi, apodado “El destructor”, de quien se sabe, fue un teólogo islámico sin formación militar, hijo de un clérigo musulmán, originario de una región con población minoritaria turca, pero que lo hacían ante los ojos de muchos, no puro de sangre árabe, y esto le restaba legitimidad entre el yihaidismo, (guerra santa para algunos musulmanes) además, las lenguas de doble filo, aseguran inició su carrera, como informante de los norteamericanos.

 

Después de diversas y exhaustivas tareas de inteligencia, que le permitieron a Estados Unidos identificar, en una casona a las afueras de Idlib, poblado que es uno de los últimos reductos de ISIS, el paradero de al-Hashimi al-Qurashi, el ataque fue inminente; actualmente se sabe que lo normal es que el ejército norteamericano vaya por sus objetivos por medio de drones, excepto cuando se trata de altos mandos, ya que a ellos, cuando cumplen la misión, y sí es exitosa, los cuerpos de elite, comprueban las huellas digitales, y se hacen las comparativas del Ácido Desoxirribonucleico, por lo que, cuando los helicópteros se hicieron presentes en la región, la deducción era relativamente fácil, iban por unos de los cabezas del califato, las versiones de su muerte son diversas, pero todo parece indicar que al verse rodeado, detonó un artefacto explosivo que tenía en atado a su cuerpo y que rodeado de su familia, que incluía menores murió.

 

Sin duda vienen días de alta tensión, las alertas estarán al máximo en los países de occidente, especialmente en los aliados de los estadounidenses, sin embargo, todo ello es resultado de políticas pesimamente aplicadas hace dos décadas, en las que se buscaba seguir teniendo dictadores a modo, como lo fue el mismo Sadam Husein Abdulmayid al Tikriti, que mientras fue útil se le permitió hacer y deshacer a su gusto, y vapuleado, acusado de perverso cuando dejó de cumplir su cometido.

 

 

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