Sin lugar a dudas como todos los años la relación entre los dos vecinos ha sido compleja, siempre ha sido así, aún antes de la independencia de las dos naciones, y es que ahora se comparte una frontera de poco más de 3 mil kilómetros entre dos países absolutamente disímbolos, no es como la que tienen los mismos estadounidenses al norte con Canadienses, una margen que es casi del triple en extensión 8,891 kilómetros, pero que sin embargo la similitud de origen y desarrollo económico, permiten que la línea fronteriza misma, este ubicada al interior de por ejemplo, bibliotecas y restaurantes.

Toda nuestra historia común ha sido de desencuentros, algunos muy graves; invasiones militares, basta recordar que en 1847 el pabellón yankee ondeo en palacio nacional; intervenciones diplomáticas, como las del irresponsable John Anthony Golenor, quien pese a ser hijo de mexicana, sin duda ha sido de los peores embajadores en épocas recientes de su país en México, hasta que en 1986 renunció o lo corrieron; de desestabilización política, como cuando Henry Lane Wilson en gran parte provocó la caída y asesinato en 1913 de Francisco Ygnacio Madero González; y económica perversas, nunca se debe de olvidar el préstamo agiotista de 1995 que William Jefferson Clinton, autorizó al gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León en momentos de emergencia, obligando a dejar como garantía la producción petrolera de los siguientes años.

En el día a día, pudiéramos decir en la rutina, siempre hay diferencias, cierre de garitas, devolución de migrantes, bloqueos al turismo, aplicación de impuestos comerciales, y un largo etcétera, nuestra relación es así, no debe de extrañar a nadie las desavenencias entre dos vecinos tan desiguales, lo único que sí llama la atención, es que la cancillería mexicana no esté preparada para los vientos que soplan del norte, dicen en mi pueblo, “él que avisa no es traidor”, y estamos advertidos desde hace doscientos años y más.

Donald John Trump anunció su candidatura para buscar la nominación del partido republicano, a la presidencia de Estados Unidos, el 16 de junio de 2016, ese mismo día, habló sobre edificar un muro que pagaría México y que dividiera la frontera, construcción que hay que decirlo, ya se había iniciado desde la década de los noventa, con Bill Clinton como mandatario, pero que, según el ahora presidente norteamericano, detendría la migración de violadores, corruptos y delincuentes, como ha calificado desde el primer momento a los mexicanos.

Durante la campaña electoral del actual presidente azteca Andrés Manuel López Obrador, fue un duro crítico de los mensajes que especialmente vía twitter Donald Trump hacía de México y los mexicanos, además lamentaba la postura gubernamental a la que se refería, lo menos, como blandengue y no defender los interés nacionales, arengaba diciendo que cuando él fuera electo, el presidente norteamericano tendría un férreo y decidido opositor, respondiendo todos los tweets, evidentemente era un apostura electoral, hasta ahí se comprende perfectamente, ya en el poder, la búsqueda de no caer en provocaciones ha sido exagerada, la prudencia extrema puede confundirse con falta de hombradía, alguna respuesta no arrabalera a los insultos, hubiera sido adecuada.

Considero que no existe una política exterior de análisis de riesgo y previsión, que permita adelantarse a los acontecimientos que se vislumbraban casi a gritos, en el tema migratorio, como es posible que nadie en la Secretaría de Relaciones Exteriores, haya pensado, que Donald Trump había vociferado mañana, tarde y noche, contra la migración proveniente de la frontera sur, y que sí se dejan pasar las caravanas migrantes como un acto humanitario, que lo era, con toda certeza traería consecuencias con los vecinos del norte; lo mismo podemos decir cuando se solicitó la intervención en México del Federal Bureau Investigation (FBI), para hacer las pesquisas del asesinato de la familia LeBarón, como es posible que nadie en la Secretaría de Relaciones Exteriores, haya pensado, que esto sería la puerta de entrada que alguien como el presidente norteamericano, que se encuentra en campaña electoral permanente, para ahora buscar por todos los medios intervenir militarmente a buscar “terroristas”.

Un ejemplo; hace 26 años, cuando se ratificó en tratado trilateral de libre comercio con Canadá y Estados Unidos, México se esperó a la ratificación senatorial de los anglosajones, posteriormente pasó al senado mexicano, en está ocasión, en una sesión que duró solo 17 minutos, el 19 de junio, se aprobó el acuerdo comercial, sin esperar el visto buenos de los socios, hoy estamos entrampados, porque los países del norte, han pedido que se renegocien aspectos relacionados con la propiedad intelectual, la economía digital, y especialmente el capítulo de relaciones laborales, en donde la falta de habilidad y experiencia de la joven secretaria del trabajo, para instrumentar los cambios en la legislación, que debieron haberse hecho hace meses, se lleven a cabo, ha provocado que estos gobiernos soliciten la posibilidad de enviar inspectores que verifiquen su cumplimiento, ¿sí dejamos que pasará el FBI, no dejaremos pasar a los inspectores?

 

 

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