Esta semana que termina, nos tocó la suerte vivir uno de los momentos más espectaculares en la historia de la humanidad, y es que después de seis meses y veinte días de vuelo, el vehículo Rover Perseverance de la National Aeronautics and Space Administration amartizó, sin duda, hazaña que será inolvidable para los que pudimos observarla, y un hito en la vida de los seres humanos, como dijo el clásico; “That´s one small step for man. One giant leap for mankind”.

Esta historia inició el 30 de julio del año pasado, cuando desde Cabo Cañaveral (Kennedy), el Rover Perseverance despegó en un cohete Atlas V 541 con rumbo a su objetivo final, posarse en la faz de Marte, no es el primero en intentarlo, ni el primero en lograr la hazaña, en 1971 la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas logró que el PrOP-M de las misiones Mars 3, amartizara en la superficie del cuarto planeta del sistema solar, sin embargo 90 segundos después, dejó de transmitir, y aún no se sabe qué pasó con el aparato, también la misma NASA lanzó en 1976 los Viking 1 y 2, el Sojourner (Mars Pathfinder) en 1997, y dos MER (Spirit, y Opportunity) en 2004, así como el Curiosity en 2012, todos relativamente exitosos si se considera su momento y avances, pero además en el mismo séptimo mes del año pasado, los Emiratos Árabes Unidos enviaron la sonda Al Amal (Esperanza), y China la Tianwen 1 (Astronómico), los cuales hay que decirlo, han tenido una inserción orbital triunfal, y el último tiene como finalidad bajar a la superficie del astro rojo . 

Fue super emocionante mirar como la capsula con el vehículo entró a la zona de los “7 minutos de terror”, denominación que hicieron los técnicos de la NASA al momento en que el Rover Perseverance entró a la atmosfera del planeta, y tenía que desacelerar de 19,500 kilómetros por hora, a 3 k/h; además a 11,000 metros distancia de la superficie, soltar el paracaídas, todo con una diferencia de 11 minutos, por el tiempo que tardaba el sonido en llegar al centro de mando del Jet Propulsion Laboratory, ubicado en La Cañada Flintridge, California, donde los ingenieros, con pilotos automáticos lograron que la maquina se posara suavemente en el cráter Jezero, el cual tiene una diámetro de 45 kilómetros y se cree es el delta de lo que se piensa, fue un lago hace aproximadamente 3,800 millones de años.

El Rover Perseverance, es el instrumento más pesado que ha logrado amartizar, 1,025 kilos, que debido al cambio de presión atmosférica se reducen a un tercio en el lugar de su misión

mide 3 metros de largo, por 2.7 de ancho, y 2.2 de altura, su objetivo principal y por ello se eligió el lugar llegada, es buscar biomarcadores, en otras palabras localizar sí hay o hubo vida en el lugar, un gran avance sería por ejemplo, localizar agua, por lo que uno de los instrumento principales del aparato es un recogedor de pruebas que tiene la posibilidad de taladrar con nueve puntas y 43 tubos, también tiene un radar para estudiar el subsuelo marciano, una cámara fotográfica con resolución espectacular, una estación meteorológica, un demostrador tecnológico, que sirve para comprobar la viabilidad de generar oxígeno a partir del dióxido de carbono de la atmosfera del planeta, y lo más, más, espectacular un helicóptero, nunca hasta hoy un aparato vuela en el espacio exterior a partir de otro.      

Algo que no puedo dejar de recordar, es que durante el programa Apolo que alunizó en 1969, la única mujer dentro del centro de mando de Cabo Kennedy, fue la ingeniero aeroespacial, JoAnn Hardin Morgan

Quien había nacido en Alabama, solo 29 años antes, sin embargo hubo necesidad de que el jefe de la misión Eugene Francis Kranz, instruyera que no se le podía pedir que sirviera café, ni que se pintara los labios, gajes de la época, ella fue la encargada de controlar los primeros minutos del despegue del cohete Saturno V, uno de los más grandes, poderosos e imponentes, con 110.6 metros de alto, 10 de diámetro y un peso total de 2,900 toneladas, un monstruo que necesitó 11 motores, propulsados básicamente con oxígeno e hidrogeno líquido.

Esta misión 51 años después, estuvo a cargo de un grupo constituido principalmente por muchas mujeres, y por inmigrantes en Estados Unidos, Lady Diana Trujillo Pomerantz colombiana, jefa de la propulsión a chorro, o sea la que hace que las naves despeguen y mantengan su velocidad en el espacio, Swati Mohan indú, líder de operaciones de control y operación, mantuvo la ruta de la nave durante 204 días, y muy importante con 11 minutos de adelanto o de retraso por la llegada de las comunicaciones a la tierra, puso en su lugar el Rover Perseverence, fue la que robó cámara, y Mallory Lefland británica, encargada del amartizaje, lo puso en superficie, puras fregonas.

 

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