La región de los Balcanes, históricamente ha sido una zona de alta explosividad, indudablemente que mucho de ello, tiene que ver con la posición geopolítica y geoeconómica que tiene, desde tiempos remotos formó parte de imperios que controlaban el paso entre Europa Occidental y Asía, por lo qué, quien quisiera tener el control del comercio entre ambos continentes, era indispensable que dominara está parte del globo terráqueo.

Hoy la ocupan once países, Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Macedonia del Norte, Montenegro, Rumania, Serbia, y Turquía (solo el 3% de ese país), está rodeada de los mares Adriático, Egeo, Jónico, Mármara, y Negro, y los ríos Danubio, Kupa, y Sava, por si esto no fuera suficiente para darle un valor político y económico, los estrechos del Bósforo, y los Dardanelos, la convierten en la conexión indispensable de Georgia, Rusia y Ucrania, con el Mar Mediterráneo y el mundo en general.

Decíamos que desde tiempos inmemoriales, es una región de alto octanaje, el historiador ateniense Tucídides en sus compilaciones, con los que da inicio al estudio de las Relaciones Internacionales, “Las Guerras del Peloponeso”, que se desarrollan entre 460 y 445 antes de cristo, relata las negociaciones que se llevaron a cabo para dar cauce al enfrentamiento entre Espata y Atenas; es la región en la que tuvo su epicentro el imperio helénico; posteriormente el gran Alejandro Magno asentó también ahí sus reales, quién además incluyó a Egipto y Pesia; después el imperio Romano, dominó el área, y se extendió por casi toda Europa, el norte de África y Asía menor; al paso del tiempo fue territorio de los Otomanos, quienes en nombre de Al-láh controlaron todas las costas del mediterráneo y más allá; finalmente conformó gran parte de lo que fue el reino de los Austro-Húngaros, no podemos dejar de mencionar, que es el lugar en que se derramó el vaso, que dio inicio a la Primera Guerra Mundial.

El primero de diciembre de 1917, como una forma de dar salida a la problemática de la región se conformó Yugoslavia (Tierra de los Eslavos del Sur), lo que permitió el surgimiento del sentimiento paneslavo, se entregó a Alejandro I, la responsabilidad de dirigir los destinos del naciente país, quien resultó no ser el hombre adecuado para tan magna empresa, fue asesinado por un fanático búlgaro cuando visitaba Marsella en 1934.

Debemos decir que no era fácil, solo para poner en contexto las múltiples facetas que el país tenía, seis nacionalidades, croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos, serbios y turcos, sin olvidar la gran cantidad de albaneses, húngaros y valacos, que están asentados en dichos territorios; seis países; Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia, este último cuenta con dos provincias autónomas, Kosovo y Voivodina, la primera, con independencia declarada y reconocida por Alemania, además de ser el de mayor población, casi la mitad de los veintidós millones, de habitantes; tres religiones, católicos, musulmanes y ortodoxos; igual número de idiomas, bosnio, croata y serbio;  dos alfabetos, cirílico y latino; el único que logró unificar este embrollo, fue el croata Josip Broz “Tito”, héroe que peleó y los liberó de la invasión nazi, en la Segunda Guerra Mundial, lo anterior ayuda a contextualizar, el caleidoscopio resultante, que ante el mínimo movimiento, ya nada es igual.

Tito muere en mayo de 1980, era imposible, que su sucesor, quien fuera que fue, mantuviera unido el país, la crisis económica de esos años, las tensiones in crescendo entre las diversas nacionalidades, redimensionado con que los nacionalistas serbios obtuvieron el poder, así como la disolución del bloque socialista, hicieron que el cauce se saliera de madre, Croacia y Eslovenia, declararon su independencia en 1991, siguieron Bosnia-Herzegovina y Macedonia, los kosovares retomaron su movilización de independencia, ante ello Serbia reaccionó con violencia desproporcionada, buscando mantener el control de los territorios.

Detonó un conflicto, que puso básicamente a serbios, contra albaneses, bosnios, y croatas, también en un principio a croatas contra bosnios; la estulticia internacional, especialmente europea, brilló con fulgurante resplandor, lo que permitió que esta lucha durara casi 10 años en el centro del continente, concluyendo con una tardía ocupación de la Organización de Naciones Unidas, que nos llevó a contabilizar más de 150 mil muertos, 4 millones de desplazados, y un sinnúmero de mercenarios sanguinariamente especializados.

Esta semana que termina, los belgas que actualmente dirigen los destinos de la Unión Europea, Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo, y Úrsula Gertrud von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, así como todos los socios comunitarios, se reunieron por videoconferencia, con los líderes de Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia del Norte, Montenegro, y Serbia, más Kosovo, para firmar la declaración de Zagreb, en la que básicamente se comprometen apoyos por más de 3,300 millones de euros, para los países balcánicos, ante el acercamiento que la crisis del covid-19, tuvieron los chinos, rusos y turcos, para brindarles ayuda.

La geopolítica y la geoeconomía, en tiempos de pandemia.

 

 

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