Un día la Humanidad despertará más temprano que nunca… Los muertos resucitarán y toda la Humanidad será transformada en los aires para recibir al Señor… revestidos todos de inmortalidad…  Mientras tanto los ángeles estarán ejecutando lo que han ansiado y preparado por milenios: los mejores perfumes, las mejores joyas, los mejores vestidos y trajes, los mejores y más exquisitos manjares y bebidas, en fin… todo lo necesario para una grandiosa celebración de bodas reales.

Todas las riquezas de la Tierra (en una ecléctica amalgama de cosas de todos los tiempos) no alcanzarían para revestir a toda la millonada de Humanidad de solo un poco de la  gloria de Dios, porque aunque Cielos y Tierra están llenos de su Gloria, es necesario iniciar la conquista del universo y subsecuente explotación de sus riquezas (bajo el régimen, claro está, de la justicia), porque obviamente queda universo inexplorado e inhabitado para rato, ya el espacio estelar y físico (con nuestros cuerpos resucitados e inmortales) no será un problema de ser atravesado a una velocidad muy superior a la de la luz: la Tierra es un sitio demasiado pequeño y maltratado.

La suficiencia divina es bastante necesaria y “suficiente” para que se cumpla la ilimitada conquista del universo por parte de Dios en favor del hombre y toda la Creación -hoy en día gimiente- (aquel reino mesiánico cuya distancia no tendría límites prometido a Israel hace tantos siglos)

Millones de millones de millones de millones de exhalaciones humanas saldrán disparadas como cuerpos y almas increíblemente luminosas desde la Tierra hacia todos los puntos del universo (y esto es solo el principio)

sin necesidad (obviamente) de ninguna tecnología inventada por el hombre, mientras tanto de la Tierra no queda mucho, puesto que fue destruida   por una especie de implosión global, gracias a la resurrección de tanta gente:

Comienza la conquista del universo, nuestros cuerpos brillan mucho más que el Sol: cada cual irá al lugar que le corresponde, donde mejor se sentirá, donde pueda encontrar un hogar, una razón de ser, una realización total, una relación perfecta con el Creador…  (todos tenemos un lugar en esta Creación y es Dios quien decide ese rol final, ya no hay lugar para el espíritu del error) los confines del universo son el límite, sin final, porque lo dilatado de su Imperio y la Paz no tendrán límites… mientras tanto unos cuantos agujeros negros se devoran a las tinieblas.

Los cielos, los  verdaderos cielos (donde habita la presencia directa de Dios) son abiertos y la Nueva Jerusalén desciende sobre la Gran Sabana en Venezuela: la República del Santísimo Sacramento, la Tierra vuelve a ser el paraíso que siempre fue y se instaura el verdadero, completo y visible cumplimiento de todas las promesas de Dios basadas en las ansias de la humanidad por ser realmente felices algún día, el Universo se convierte en un gran sistema de cosas en servicio de la Humanidad y todo tipo de criaturas, pero gobernado absoluta, directa, visible y únicamente por Dios en la persona del Mesías, hacia toda cosa creada…

El pecado fue borrado de la mente de todos los hombres, y todo tipo de ideología política, económica, religiosa  y otras cosas, son  ya completamente innecesarias, la Humanidad con su inteligencia y su búsqueda inventó muchas cosas, pero así como hoy en día una pirámide ya no sirve para nada, sino como museo o adorno de un horrendo  billete, así será con muchas cosas que dan muchos dolores de cabeza hoy en día y así Dios hará nuevas muchas, o mejor dicho, todas las cosas…

Dios tomará de todo lo que se inventó durante la Historia Humana, solo lo mejor: lo que sea digno de su majestad e infinita pureza, los mejores sentimientos, los mejores recuerdos, las mejores escenas, todo lo mejor según su propia y exacta escala de valores.

Y Soberana escogencia, todo un gran álbum de fotos de familia. Una infinita multitud de seres humanos de todas las razas, pueblos, tribus y naciones, de todos los tiempos, envueltos de inmortalidad y gloria flotando sobre la nada, revestidos de inmortalidad adorando al Dios de Israel.

Se pueden observar claramente las perfectas genealogías del Creador, de nuestro generoso Creador: ha llegado el momento de la restauración universal, también los ángeles están presentes: todos cantamos la gloria de Dios, todos inevitablemente se postran delante del Creador; y mientras los millones de millones se postran delante de Él, más poseídos se sienten de su gloria y más deseos sienten de obedecerle de manera radical (todos los hombres descubren la gracia de la obediencia), de repente los ángeles comienzan a cantar el himno del Creador: “Digno eres Señor Dios nuestro, porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas…”.

Todos, en una carrera ascendente hacia la eternidad, comenzamos a elevarnos y a recorrer todo el universo junto con aquellos que fueron nuestros mejores amigos.  Comienza la Fiesta, todos bailan con libertad: solo se oye un gemido universal de alegría que retumba en todo el universo:

SOMOS LIBRES… SOMOS LIBRES… SOMOS LIBRES… Todos hermosos, todos jóvenes, todos resplandecientes, todos perfectos, es casi increíble estar allí.

1212Las mejores cantantes cantan para el Señor canciones de alegría, ha llegado la liberación para toda la humanidad: INFIERNO INFELIZ: POR SIEMPRE IMPOSIBLE… Celebrad al Rey de Israel… celebrad y coronadle Rey de todos los Reyes de la Tierra, las naciones se agrupan por separado y le traen al Mesías y a Dios sus mejores dones, mientras tanto la Iglesia organiza toda la Liturgia celestial con ayuda de los Ángeles: la virgen María comanda todo el ejército de Ángeles, los Patriarcas, los Profetas, los Mártires,  los Apóstoles, los Confesores, los Santos y Santas de Dios, los Sacerdotes, los Fieles, todos juntos organizan el monstruoso escenario para que todo ser humano sea testigo de lo que van a ver: el rostro de Jesús glorificado, pero antes deben ser testigos en sus mentes de lo que fue la vida de Jesús y realmente a entender tantos porqués.

Debe haber un gran momento de luto, de repente la misma luz de Dios que todo lo iluminaba, se apaga, recordando la muerte y sacrificio en Cruz de Jesucristo, cuando luego de un tiempo, de repente, se ve una luz que aparece en medio de la oscuridad, es el rostro de Jesús que comienza a brillar y su brillo es tan intenso que se hace insoportable, todos tapan sus ojos y rostros hasta que todo se vuelve a iluminar como antes pero con mucha más gloria, ya no habrá más luto ni llanto en el universo… mientras tanto todos los ángeles le cantan:

Bendita sea tú resurrección de entre los muertos, porque con ella has salvado a la humanidad de la condenación eterna y los has constituido en Reyes y Sacerdotes para Dios, el  único Dios verdadero; Bendito seas por siempre, domina en medio de tus enemigos por toda la eternidad porque todos tus enemigos han sido vencidos, gobierna entre los hombres Rey de Israel, recibe el mando total sobre todas las cosas, tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria por los siglos de los siglos… Amén.  Continúa la eterna celebración…

 

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