La hija de Maximiliano Javier Almandoz está por cumplir 15 años y como toda jovencita, su sueño es organizar una fiesta de quinceañera, algo que ha llevado a su padre a hacer una oferta desesperada, ya que por falta de recursos no puede costearle la celebración a la niña.

Maximiliano, un atleta, medalla de oro en taekwondo en dos ocasiones, ha puesto en venta su riñón a través de una nota periodística, para que su hija tenga una fiesta a lo grande y sea feliz.

 

“Vendo mi riñón para hacerle la fiesta de 15 años a mi hija”, dijo el campeón argentino.

“Si ella es feliz, yo soy feliz. Tiene 14 años y el sueño de toda chica es la fiesta de los 15. Pensé en vender el coche, trabajé lo más que pude, jugué a la lotería, pero ves que igual no llegás para una buena fiesta. Hablamos de mucha plata, 300.000 pesos (unos 17.000 dólares). Sus compañeritas hacen sus festejos, sería muy frustrante para mí no hacerlo”.

Maximiliano sabe que si finalmente tiene que someterse a la operación, con un solo riñón se puede vivir pero tendría que abandonar la competición y dedicarse solo a la enseñanza, algo que está dispuesto a aceptar.

Este argentino es un hombre trabajador como pocos, 17 horas al día porque tiene dos trabajos, con los cuales gana 14.000 pesos mensuales, el único ingreso que entra en su casa y con lo que le sirve para mantener a su pareja y sus dos hijos.

Maximiliano se queja de las pocas oportunidades laborales que hay en Argentina, y más, para los que no siguen estudiando después de la secundaria.

La situación en su casa es desesperante, pues cuenta que “tengo cuatro heladeras y estoy pagando 8000 pesos de luz, por eso tuve que buscar un segundo trabajo. Esto alcanza para comprar comida y pagar algunas cuentas, nada más”.

Pero nada de esas dificultades parece frenar a Maxi, quien adora a su hija y por su felicidad es capaz de todo, hasta de hacer sacrificios extremos como estos.

Esperemos que finalmente haya una alma caritativa y no tenga que llegar a ese triste extremo para hacer feliz a su hija.

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