Naours, Francia

La ciudad bajo tierra de Naours, está localizada en la localidad de Naours, a 15 kilómetros al norte de Amiens, Francia. Su origen se remonta al siglo X y, su acceso fue cerrado para ser redescubierto en 1887. Esta zona padeció numerosos conflictos bélicos desde la edad media, en la que la población vio saqueadas sus provisiones y sus vidas expuestas a frecuentes amenazas. Por esta razón iniciaron la construcción de un refugio para proteger el ganado y granos de los invasores.

Con el paso del tiempo, fueron construyendo galerías y túneles. Ya para el siglo XVII existían unos 28 recintos con más de 300 habitaciones que tienen hasta 2 metros de altura. La construcción se extendía bajo una colina, donde se alcanzaban los 33 metros de profundidad. La ciudad en su apogeo albergó a más de 3.000 residentes. Al recorrer el sitio se observan numerosas plazas, establos, canales conectados a pozos de agua, agujeros de ventilación, cocinas y hornos de pan.

Como dato curioso, las cuevas fueron utilizadas en las guerras mundiales. Los británicos usaron esta red subterránea para guardar municiones y combustible durante la Primera Guerra Mundial. Para 1941, los nazis las ocuparon con el mismo fin.

Kariz, Irán  

Kariz, antiguo Qanat, es una vasta red de túneles localizados bajo la ciudad de Kish, en la isla del mismo nombre. La ciudad se ha convertido en un lugar turístico sin igual en esta localidad del Golfo Pérsico. Es considerada el mayor atractivo de la isla, que atrae a más de dos millones de viajeros o incluso locales todos los años. Tiene unos 2.500 años de antigüedad.

El objetivo principal de la construcción era la gestión del agua de la zona, ya que consta de unos 274 pozos que se extendían en un área de más de 10 mil metros cuadrados, donde se conducía el agua a un sistema de filtración principal. A través de sus canales se llevaba el agua del subsuelo de las áreas montañosas a los pueblos de las localidades áridas, que carecían del vital líquido. En la actualidad, se ha convertido en uno de los centros turísticos más impresionantes, con tiendas y locales comerciales destinados al ocio.

Una de las curiosidades de estas instalaciones es que los arqueólogos han descubierto conchas y corales en el techo de los túneles que datan más de 270 millones de años. También, fósiles que fechan más de 570 millones de años.

 

Montreal subterráneo, Canadá

Montreal esconde en el subsuelo la ciudad moderna más grande del mundo que se conoce como Red Peatonal Subterránea de Montreal o RESÓ (acrónimo del francés). Esta urbe subterránea empezó su construcción en la década de los 60, siguiendo el trazado del metro. Las instalaciones buscaban compensar la falta de espacio que se experimentaba en la superficie, y como una alternativa a las inclemencias del clima invernal en la región. La ciudad acoge innumerables tiendas, restaurantes, hoteles y galerías. Además, conecta con la red del metro y muchas otras instalaciones de la superficie como centros comerciales, universidades, complejos residenciales y hoteles de Montreal.

En la actualidad, RESÓ cuenta con unas 120 entradas y más de 32 kilómetros de amplios túneles. En sus galerías tendrás acceso a imponentes jardines y lagos artificiales. Además, unos 60 complejos residenciales y comerciales diseminados en un área de 3,6 kilómetros cuadrados.

Como dato curioso, cerca del 12% de los locales comerciales de la ciudad forman parte de su red de túneles que son utilizados por más de 500 mil personas todos los días.

La ciudad perdida de Petra, Jordania

De todas las ciudades perdidas en el mundo, ninguna merece mejor este apelativo que la ciudad de Petra, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno. No solo se mantuvo oculta de los ojos del mundo durante siglos, más del 80 % de su construcción permanece oculta bajo toneladas de arena producto de tormentas, terremotos e inundaciones que han asolado la región. La ciudad fue esculpida a pulso en la roca de la montaña, formando un monumento arqueológico único e impresionante que le valió su incorporación en 1985 en la lista de la UNESCO del Patrimonio de la Humanidad.

Se conoce que la construcción se creó originalmente como una ciudad funeraria y las excavaciones en piedra eran tumbas que representaban la posición social y económica del fallecido. Posteriormente, creció como una ciudad comercial ubicada en la intersección de las rutas comerciales que transitaban entre Oriente, Occidente y el área del Mediterráneo.

Sus residentes construyeron templos, tumbas, amplios teatros y una compleja red de canales que conducían agua potable.

Catedral de sal, Colombia

La increíble catedral de Sal de Zipaquirá, situada a 48 kilómetros al norte de Bogotá, lleva la arquitectura religiosa a límites insospechados. Una maravillosa construcción moderna realizada por Roswell Garavito Pearl en los años noventa. Se encuentra a 180 metros bajo tierra, en el interior de una mina de sal que ha sido explotada desde 1801, dentro del parque de la Sal de Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca, y que está incrustada en el cerro del Zipa a 2.652 metros.

La historia de la catedral comienza en 1930, cuando los mineros construyeron una capilla improvisada en uno de los túneles para poder orar, pero se cerró en 1992 porqué se consideraba poco segura. Así que en 1995 se inauguró una nueva iglesia. Para su construcción se extrajeron 250.000 toneladas de sal, y se construyó para poder albergar hasta 10.000 fieles.

Este monumento abarca una superficie de diez hectáreas y está divida en tres secciones: En el nivel superior un largo túnel (386 metros de longitud y 13 metros de altura) que lleva hacia un simbólico vía crucis a través de 14 catorce estaciones que representan las diferentes etapas vividas por Jesús hasta su muerte, y todo ello rodeados de la atmósfera mística que crean las luces y las cruces talladas en la sal, sin representaciones humanas.

También se puede ver una gran cúpula de 11 metros de alto y 8 de diámetro que simboliza la unión entre la Tierra y el cielo. Y en el nivel inferior se encuentra la catedral propiamente dicha. Se accede al coro que se encuentra en la parte superior de la nave central, generando un balcón sostenido por cuatro enormes columnas de sal de ocho metros de diámetro que representan a los cuatro evangelistas.

La entrada a la catedral se realiza por el Nártex hacia sus tres naves: la nave del Nacimiento donde se encuentra el bautisterio simbolizado por una la cascada de sal cristalina;

La nave de la Vida que alberga el altar mayor y la cruz más grande tallada en roca salina del mundo (120 metros de largo por 22 de alto), además de un espectacular medallón de La Creación obra del escultor Carlos Enrique Rodríguez Arango y finalmente la nave de la Muerte y la Resurrección.

Sigue leyendo a Oscar Delgado

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