Durante la semana que termina, Joseph Robinette Biden Jr. fue juramentado por el Presidente de la Corte Suprema John Glover Roberts Jr., como cuadragésimo sexto gobernante de los Estados Unidos de América, con este acto, posando su mano en la cruz celta de la Biblia que ha estado en su familia desde 1893, y que sostuvo Jill Tracy Jacobs quien es su esposa a partir de 1977, se da fin un ciclo e inicia otro en la vida del país más poderoso de la tierra.

 

Justo en el cénit del 20 de enero, a todo el mundo mundial llegó la serenidad, y la alegría a los espíritus de muchos, ya que no solo dio inicio como cada cuatro años sucede, un nuevo gobierno estadounidense, sino que, además los acontecimientos acaecidos los últimos meses, provocados por la estridencia y locuaz proceder del antecesor, durante algunos momentos nos hicieron esperar lo peor, digamos que fueron lo menos, días emocionantes. En el ambiente se palpaba un sentir como cuando termina un gran pesar, es probable que no recuerde bien y me equivoque, pero yo no lo tenía, desde el 09 de noviembre de 1989, así de fuerte.

 

Si analizamos; el pasado fue un año arrollado por la pandemia COVID-19, que suma más de dos millones de muertos a lo largo del globo terráqueo, y que solo en la Unión Americana arroja una cifra superior a los 400,000 decesos, dándole el deshonroso y lejano primer lugar, no pudo, de ninguna manera ser un período fácil, pero sí a ese solo hecho, le sumamos una campaña electoral, en la que el contrincante que jugaba desde el poder del país más fuerte del mundo, estaba dispuesto a todo, licito o ilícito, para mantenerse en la cabeza del gobierno, pues tenemos un cóctel altamente explosivo, por lo que lo primero que debemos de reconocer del actual Presidente norteamericano, es el no caer en las provocaciones, porque una sola, habría sido suficiente para no solo perder la competencia, sino poner lumbre a un enorme depósito de gasolina, como quedó demostrado el 6 de enero, cuando desde el parque Elipse, en el mitin Save America, Donald John Trump, su hijo del mismo nombre, y Rudolph Williams Louis Giuliani, arengaron a sus seguidores, lo que provocó la toma del Capitolio, y la muerte al menos de cinco personas, nos quedamos a nada de una catástrofe mayor.

Joe Biden nació en Scranton, Pensilvania, el 20 de noviembre de 1942

por lo que, a sus 78 años, se ha convertido en el mandatario más longevo de la nación de las barras y las estrellas, es el segundo Presidente católico, al igual que John Fitzgerald Kennedy, con quien comparte los orígenes irlandeses, se graduó de abogado en la Universidad de Siracusa de Nueva York, ha tenido una carrera política muy demasiado larga, desde 1973 y hasta el 2009, fue senador por su Estado adoptivo, Delaware, en ese lapso en 1988 buscó ser el candidato presidencial, perdiendo frente a Michael Stanley Dukakis, dos décadas después, tampoco lo logró ante Barack Hussein Obama, entre sus propuestas más destacadas de esos 36 años en el Senado, podemos nombrar su impulso a Violent Crime Control Law Enforcement Act, conocida como Ley Biden, la cual tipifica 60 nuevos delitos que podrían ser castigados con la pena de muerte, como el Tráfico de Drogas, Terrorismo, y Uso de Armas de Destrucción Masiva, pese a ello, se hizo fama de estar a la izquierda de los demócratas.

En las elecciones presidenciales de 2008, Obama le pidió ser su compañero de fórmula, por ello fue el vicepresidente de 2009 y hasta 2017, desde el puesto de segundo hombre en importancia del país, influyó notablemente en las políticas de retirada de Iraq, y el termino de la guerra en Afganistán, se pensaba que tendría buenas posibilidades de lograr la candidatura a la presidencia para las elecciones de 2016, pero especialmente, muerte de su hijo Joseph Robinette “Beau” Biden III por un cáncer cerebral en 2015, dejó el camino a Hillary Diane Rodham Clinton, ella lo aisló y prácticamente lo retiró de la política, por lo que tuvo que reconstruir mucho para que en abril de 2019, anunciara su deseo de participar en esta campaña.

No tiene mucho tiempo para festejar y hacer celebraciones, las políticas a remediar son demasiadas, solo para abrir boca

el primer día de gobierno firmo 17 decretos que buscan remediar algunas acciones de su antecesor, entre las que destacan el regreso al Acuerdo de París, anular la intención de salida de la Organización Mundial de la Salud, cancelación del oleoducto Keystone, se cancela la prohibición de entrada a ciudadanos de países musulmanes, quedando aún solo siete naciones vetadas, se reactiva el sistema DACA, que protege a los que inmigraron siendo niños, y frena la construcción del muro con México.

Al tiempo, sin olvidar que los países no tienen amigos, tienen intereses.

 

 

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