Prosélito inicialmente de la doctrina pitagórica que sostenía que Dios es un número, Panteno se bautizó después en el cristianismo que pregona que Dios es un Verbo. En tiempos del emperador Cómodo (180-192 D. de C.) se le designó como tutor  para dirigir la Escuela de Teología de Alejandría. Toda la enseñanza que impartió fue oral, aunque algunos discípulos aseguran que escribió varias obras, hoy perdidas. Conocemos sus doctrinas gracias a su alumno Clemente de Alejandría que lo sucedió en la dirección del didasálion de Alejandría. Ya en ejercicio de su magisterio hizo un solo viaje a tierras etíopes donde halló el original del evangelio de san Mateo (en arameo y hebreo). Falleció hacia el año 219. En su cátedra procuraba la interpretación alegórica de las Escrituras.

Enseñó, según apuntes tomados en las clases que dictaba, que la filosofía no puede incrementar la certeza que nos revela la fe por medio del mismo Dios. Contradecirla sería lo mismo que tratar a Dios de embustero y farsante. Superarla sería pecar de temerarios como hicieron Adán y Eva queriendo igualar a Dios.

Predicó un Dios que está en el mundo sin confundirse con el mundo, pero al mismo tiempo lejos de aquel dios ajeno a su creación como mentían, enseñando, los estoicos y Leucipo.

También escribió que la filosofía pagana que heredaron de los griegos no riñe con la fe, más bien la propuso como una puerta para llegar a la teología, ciencia máxima. Su alumno Clemente refinará esta misma idea proclamando que la filosofía debe ser sierva de la teología, cuyas verdades superan en jerarquía a las de Aristóteles o Sócrates.

Del tiempo, enseñó que cuando se consuman todas las profecías anunciadas por los profetas y por el mismo Cristo, el tiempo retrocederá, con el mismo énfasis con el que avanzó atropellando los siglos, como atestigua la Historia.

No se detendrá en ese regreso hasta hallar de nuevo su nacimiento, al mismo modo que la serpiente Uroboros de los marcianistas, que se muerde la cola para descubrir y devorar su final.

En este punto de la exposición, los chismes se contradicen.

Para algunos, al llegar al año cero la Historia recomenzará con otro elenco humano y otra familia de dioses, y todo lo anterior será definitivamente olvidado.

Otros escoliastas anotaron que llegado el año cero, el Hijo será de nuevo crucificado entre maleantes y renacerá como niño en la ciudad de David, y tendrá por padres a Adán y Eva, la pareja original, que lo salvará de las acechanzas del mal.

En cambio Cratilo de Edesa escuchó al propio Panteno enseñar que el tiempo, como el espacio, son dos continentes que Dios se vio obligado a crear para albergar el universo mundo.

En otros escritos diseminados entre apuntes que tomaban sus alumnos se dice que Panteno predijo que cuando el tiempo regresara en busca del codiciado día Cero de su origen o nacimiento, allanaría la historia vaciándola de hechos que entonces pasarían a ser fábulas de los cronistas que las registraron.

DE: “MEMORIAS DE LA ETERNIDAD”

 

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