Hoy la situación económica de Argentina se encuentra literalmente colgada de alfileres, lo peor de todo es que éstos, están cada vez más débilmente colocados ante los ventarrones que llegan del norte, y es que la semana que termina, la presión se incrementó de forma notable, ante la complejidad de la negociación entre los tenedores de bonos de la deuda del país, y el gobierno nacional.

La verdad de las cosas, es que al actual presidente Alberto Ángel Fernández, le está explotando una circunstancia heredada, y que en los ocho meses que tiene de gestión, a pesar de que ha sido prácticamente su principal preocupación, no ha podido lograr un buen acuerdo con los acreedores, que le permita dar a la economía y a la política-social, una respuesta satisfactoria, ahí está el nudo gordiano.

Después de la debacle en la que cayó Argentina en diciembre de 2002, donde baste decir llegó al extremo de desaparecer el sistema financiero,

que arrastró a toda la población a épocas prácticamente de trueque, en que cada provincia se vio en la necesidad de instrumentar por sí mismas, las políticas económicas que les permitieran superar la situación, llegando a la necesidad de que cada una de ellas, emitiera sus bonos o letras de tesorería como papel moneda, cada cual con su propio valor y tipo de cambio, en Buenos Aires se denominaron, “Petacón”, en Entre Ríos “Federales”, al grito de sálvese quien pueda. 

Eduardo Alberto Duhalde trabajó un año y meses como bombero, perdón presidente, logando estabilizar la situación y poner lo que quedaba del país, solo por encima de la banda de flotación, pero con suficiente control social y político, que le permitió convocar a elecciones,

las que traerían 12 años de kirchnerismo.Primero Néstor Carlos Kirchner Ostoic entre 2003 y 2007, heredando el trono del poder a su esposa Cristina Elisabet Fernández de Kirchner,

de este último año y hasta el 2015 inclusive; la política internacional se caracterizó por hacer alianzas con gobiernos de países como Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, y Venezuela, afines todos; en lo económico, por su rechazo al llamado neoliberalismo, los primeros cuatro años fueron de ensueño, se pagó el total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, se restructuró el resto de los compromisos crediticios internacionales (que después veremos), EL Producto Interno Bruto logró un crecimiento del 30%, la inversión en general creció constantemente llegando a tener un año de 38.8%, la inversión industrial tuvo un avance del 50%, las reservas monetarias del país crecieron de 13,800 millones de dólares a 45,600, y el desempleo pasó de 17.3% a 8.5%, digamos puros éxitos, si bien no hay que perder de vista, que estando en el suelo, se crece a ritmos que podrían ser un espejismo; en la política interna, se impulsó el congelamiento de precios, y apoyos monetarios a “los necesitados”, reparto de dinero pues, los cuales dieron los frutos esperados, para poder heredar a su esposa.

A ella las cosas no le fueron tan bien como se podría pensar, la magia desapareció, el oasis en el desierto se fue difuminando, el despertar se dio con el sector agrícola, que ya no podía soportar la carga impositiva que tenía a las exportaciones, se elaboraron planes de rescates a empresas no prioritarias como aerolíneas argentinas, a las cuales se les inyectaron millones de dólares, se siguió con el reparto de dinero, ahora a los menores de edad que sus padres no trabajaran, el congelamiento de precios en algunos servicios, se mantuvieron, lo que provocó que la economía que empezaba a levantar se volviera a deprimir.

El gobierno de Mauricio Macri Blanco Villegas, fue de desastre en desastre, dejó el país con la inflación más alta del mundo,

solo por debajo de la venezolana y Zimbabue que fueron de 19,906%, y 255.5% en 2019, Argentina llegó a 53.5%, Sudan del Sur 51.19%, y Sudan 50.99%, la depreciación de la moneda el año pasado, por los mismos rumbos, Venezuela primero con 97.9%, y los argentinos con 32%, si la medimos julio-julio este año, ya va en 61%, el PIB decreció -2.2%, y este para todos desastroso 2020, se calcula será de -7.3%. Es un hecho que cuando la economía se supedita a la política, especialmente la electoral, las cosas salen mal, desde hace semanas se alertó sobre la necesidad urgente del país de imprimir más dinero, lo que circula no alcanza, se hecho se contratan casas de moneda extranjera y se vislumbra la pronta aparición del billete de mil pesos, la deuda ronda el 89% del PIB, cuando algo razonablemente alto es el 60%.

45 millones de argentinos hoy están en el filo de la butaca,

las negociaciones con los tenedores de bonos, de la deuda renegociada por el primer Kirchner, ya reclaman su pago y lo hacen con fuerza, el Comité de Acreedores Argentinos, la financieras BlackRock, y Exchange Bondholders, han endurecido sus posturas, el gobierno, ha dicho que no cederá más. Veremos. 

 

 

 

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