Sin duda alguna, uno de los países que van a la vanguardia política, social y cultural en Europa y el mundo en mundial, es Portugal, ya desde hace mucho años, inauguraron las coaliciones para gobernar desde las minorías, las cuales en su momento parecían increíbles por los equilibrios de poder que se deben de tener para lograrlas, son indispensables, la fineza y la hidalguía en el cumplimiento de los acuerdos por parte de los actores políticos, por supuesto la categoría y el señorío moral de un liderazgo a prueba de todo; desde luego son periodos cortos y altamente complejos, este es el método que hoy se conoce precisamente como “gobierno a la portuguesa”; esta semana que termina, los lusitanos nombran al primer gobierno con paridad de género en el continente europeo.

 

En Portugal existe la figura de Presidente de la República, que hoy y desde 2016 ostenta el licenciado Marcelo Nuno Duarte Rabelo de Souza, cargo que es electo por la mayoría de los votantes, y si es necesaria una segunda vuelta para lograr que uno de los contendientes obtenga el 50 por ciento o más de los votos, se realiza, los periodos son de cinco años, con derecho a una reelección; él es quien tiene la jefatura de estado, es jefe supremo de las fuerzas armadas, nombra Embajadores, y tiene la representación de la República, entre sus facultades está la de nombrar al Primer Ministro, lo normal es que se elija al jefe del partido político más votado en la elecciones parlamentarias, en el caso del actual, recayó en el abogado lisboeta, António Luís Santos da Costa, quien ganó ese derecho con amplia mayoría, pero como se decía, no siempre fue así.

 

Entre 1978 y 1980 el Presidente António dos Santos Ramalho Eanes le pidió a Alfredo Nobre da Costa, que desde las minorías formara gobierno, lo que tuvo que hacer, fue juntar a todos los partidos pequeños y con ellos lograr el 50 por ciento más uno de los parlamentarios, lo que por supuesto implica compromisos variados, y lo más difícil, conjuntar ideologías disímbolas, eso, nunca antes había sucedido, fue un hecho por demás novedoso, logrando el avance en la conformación del gobierno, está fórmula con primeros ministros minoritarios, la repitió dos veces más, Carlos Alberto da Mota Pinto y Maria de Lourdes Ruivo da Silva de Matos Pintasilgo. Si volteamos en la historia y por supuesto con características particulares de cada evento, y entendiendo formas de gobierno, no son los únicos casos; en los años sesentas, John Fitzgerald Kennedy gobernó pese a que, Richard Milhous Nixon ganó la elección entre la población, pero perdió en las de delegados por estado, o cuando en 1989 Miguel Patricio Aylwin Azócar encabezó la alianza multicolor opositora chilena, para vencer al candidato del dictador Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.

 

La historia moderna de Portugal es interesantísima ya que han resuelto situaciones extremas de forma novedosa e inesperada, diríamos casi providencial; desde 1932 el país soportó la dictadura del nefasto António de Oliveira Salazar, hasta que un tremendo golpe en la cabeza en bendito accidente casero, le provocó tener que dejar el poder en 1968 en manos Marcello das Neves Alves Caetano, quien a pesar de querer cambiar algunas de las políticas más rapaces del Estado Novo, instauradas por su predecesor, y que llevaron a la nación a la pobreza más absoluta y al encierro, casi como un símil de su geografía, la vieja guardia gubernamental siempre se lo impidió; los militares que vieron la posibilidad de que sus intereses fueran dañados, al más puro estilo de Guiseppe Tomasi di Lampedusa, descrito en el Gatopardo, encabezaron el movimiento revolucionario, en eso estaban cuando el 25 de abril de 1974, Celeste Martins Caeiro a quien sus jefes le habían autorizado que saliera de su trabajo de camarera por falta de comensales, llevándose las flores con las que esperaban agasajar a sus clientes con los que festejarían el primer año del restaurante “Sir”, ella ya en la calle conversó con un soldado que le pidió un cigarro, la joven le puso un clavel en el muzzle del rifle, lo cual a todos les pareció simpático, por lo que la acción la repitió hasta que se acabaron las docenas que llevaba, dando inicio a la Revolución de los Claveles.

 

Hoy con una inmensa mayoría en las urnas António da Costa, pudo nombrar el gabinete de ministros prácticamente a su gusto, de 17 Ministros más él, nueve son mujeres, designadas en puestos claves, destacando como segunda de abordo en el gobierno, la Ministra de la Presidencia Mariana Guimaráes Vieira da Silva, en estos momentos tan delicados en la geopolítica europea Maria Helena Chaves Carreiras Ministra de Defensa, y como en los países con gobernantes normales se reconoce a los científicos de alta gama, se nombró a Elvira Maria Correia Fortunato, como Ministra de Ciencia, Tecnología y Enseñanza.

 

 

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