Hace unos meses planteábamos en un escrito titulado, La Depresión, Epidemia Mundial,que es un mal que aqueja a más de 24 millones de personas según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se presenta sin distingo de edades, condición social y geográfica.

La pandemia además de otras cosas ha incrementado la aparición de este flagelo.

Hoy se prenden las alertas ante su aumento en las sociedades, colegios y universidades. La depresión, es una enfermedad universal que afecta a más de 322 millones de habitantes en el planeta, es el 4.4 % de la población, un trastorno mental que hace que se refugie en el silencio y el aislamiento llevando a extremos de suicidio y de abandono.

Colombia está por encima del promedio mundial con un 4.7 % de la población afectada.

Brasil, Cuba, Paraguay, Chile, Uruguay ocupan peores posiciones.

Se estima que para el 2023 la enfermedad esté por encima de las cardiovasculares y el cáncer.

Si el niño está deprimido sácalo al parque, si es el esposo dale un trago, eso del trabajo lo tiene agobiado, así mismo el stress es una disculpa de muchas de las sintomatologías de los ejecutivos y en general de la gente descuidando el real problema.

 

Los adultos mayores son el grupo más afectado; las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, el aislamiento, la soledad, la escasa interacción social, la falta de afecto y abandono sentimental son las causas más propensas a padecerla.

En los niños se ha incrementado peligrosamente: factores como embarazo no deseado, maternidad temprana, carencias económicas, maltrato y abandono, ausencia del padre, inconformidad con la escuela, la herencia y la genética de enfermedades como la bipolaridad, son factores de riesgo a los que hay que atender cuidadosamente. Las estadísticas muestran que si se abordan oportuna y adecuadamente los primeros síntomas depresivos, ocho de diez obtienen una mejoría clínica evidente.

Lamentablemente, las personas no buscan tratamientos por temor a ser señalados o por considerarse faltos de carácter, o que son síntomas pasajeros que puede solucionarse con fuerza de voluntad, un viaje, una actividad social o deportiva. Ojo, esta errónea idea puede agravar la situación. No hay que temer a los antidepresivos formulados medicamente. Hay los que no producen dependencia y favorecen el ánimo cerebral dependiendo de cada individuo. La sicoterapia y antidepresivos como terapia atendida mejoran en un 74%.

La cifra de suicidios sin razón aparente en los niños, adultos y mujeres es preocupante, es una sociedad cada vez más dependiente de lo material y menos preparada para lo espiritual, la unión familiar, y el disfrute de LAS PEQUEÑAS COSAS, son los más recomendables remedios caseros para evitar la DEPRESION.

 

Identifique los síntomas en adolescentes.

Aunque en la adolescencia se presentan cambios normales, hay que aprender a diferenciarlos de una enfermedad.

La pérdida de interés en actividades que usualmente disfrutaba, tristeza persistente, silencios prolongados e incapacidad de realizar acciones cotidianas durante al menos dos semanas, puede venir acompañada de síntomas físicos como dolores de cabeza, de estómago, en las articulaciones y cansancio. Los síntomas más comunes son la pérdida de energía, pérdida de apetito, necesidad de dormir más de lo usual, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimientos de inutilidad.

Se presentan heridas en el cuerpo.

Muchas veces los jóvenes no logran expresar sus emociones y se hacen autoagresiones.

Cuando los adultos se percatan de que el joven está sufriendo de depresión, lo abordan con preguntas y escrutinios de su vida. Cosa equivocada, es importante darle apoyo incondicional y disposición de conversar y estar ahí. Como decíamos la unión familiar y el amor es la más efectiva terapia, con una ayuda terapéutica.

 

 

 

 

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