Hace millones de años un universo perfecto y completo se encontraba triste. A pesar de ser “Todo Poderoso” y de no necesitar desear porque todo lo tenía, en él había surgido una pregunta… Soy Absoluto, no puedo compararme con nada porque nada más existe, entonces… ¿cómo puedo sentir mi Perfección?... y dado que en la perfección no hay espacio para la duda, de inmediato apareció la respuesta… Preciso experimentarme a través del contraste, para sentir la plenitud, debo antes sentir carencia.
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