Etiopía es un país grande, no solo en territorio, ya que cuenta con 1’104,000 kilómetros cuadrados de extensión, es el décimo en el continente africano, sino que además en población, sus casi 100 millones de habitantes la hacen la tercera nación con más gente del continente, físicamente se encuentra localizado en lo que comúnmente se conoce como el cuerno de África, rodeado al noreste por Yibuti, Somalia colinda al este, al sur se encuentra Kenia, en el oeste Sudán del sur, al noroeste por Sudán, y al norte Eritrea, con este último estuvo en guerra hasta hace muy poco, y junto con los dos primeros, le impiden salida al mar.

Abisinia es un país con una historia interesantísima, fue fundada en el año 980 a.C. está ligada a  la historia de las religiones monoteístas de la humanidad, se dice que Noé fundó Axum (Aksum) al norte, en el corazón de la región de Tigray,

Lugar que fue el centro religioso y comercial de la zona hasta que Zoroastro lo venció, cerrando su paso a la navegación por el Mar Rojo; se cree que fue el lugar que Moisés eligió como refugio, cuando tuvo que huir de la furia de los faraones;

con los cara quemada, se conoció así mismo y conoció mujer, para después ser el guía del pueblo judío hacia la tierra prometida, de hecho no hace muchos años, el Estado de Israel reconoció a los judíos etíopes, y los invitó a que se establecerse en su territorio durante los gobiernos comunistas que tuvieron los africanos.

En abril 2018, renunció Hailemariam Desalegn, a su cargo de Primer Ministro, quien gobernaba desde hacía seis años, pero que su partido el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope lo era desde 1991, una salida que se vislumbraba con la idea de poner fin a los disturbios que desde 2015 asolaban el país, producto de una crisis política encabezada por los Oromo y los Amhara, quienes representan el 60 por ciento de la población, y que pedían mayores espacios de representación, el ex ministro de Ciencia y Tecnología del país, hijo de madre cristiana y padre musulmán, Abiy Ahmed Ali asumió el cargo, el primer Oromo que gobierna, y con ello se convirtió a los 42 años, en el Jefe de Estado más joven del continente.

Sus primeros pasos fueron contundentes, eliminó el estado de emergencia nacional, liberó a los presos políticos, y firmó la paz con Eritrea, contrato con el que se pone fin a la guerra que empezó en 1961 y que se prolongó hasta 1991, y los últimos 20 años se mantuvo en estado de guerra fría entre los dos países, si bien con esto los etíopes pierden cualquier posibilidad de tener acceso al mar, dio paz a una nación en una región altamente explosiva.

De hecho, el fin de la contienda le valió a su Primer Ministro Abiy Ahmed, el Premio Nobel de la Paz en 2019, reconocimiento que justo a un año, hoy se pone en juego y cuestionamiento, al ordenar el ataque que se espera sea decisivo, para según él liberar la ciudad de Mek’ele capital del Woreda (Estado), de Tigray, región en la cual renació desde el 4 de noviembre, un nuevo desafío del  Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), la cual se encuentra a 650 kilómetros al norte de Addis Abeba capital del país, justo colindando con el enemigo nacional.

El líder del TPLF es Debretsion Gebremichael, un ingeniero en electrónica con maestría en la misma especialidad, cuenta con estudios en telecomunicaciones en Italia, a finales de la década de los ochenta del siglo pasado, fundó el movimiento libertario de la región de Tigray, impulsando programas de radio de tendencia marxista-leninista, especialmente “Dimtsi Woyane” (la voz de la revolución), en los que se daban consejos de agricultura y alimentación a la población, los cuales fueron muy populares. Se unió al gobierno en los años noventa, llegando ser subdirector de la agencia nacional de inteligencia, estando invariablemente siempre relacionado en el control de las comunicaciones nacionales, sin embargo, en 2018 su movimiento convocó a elecciones en su área, las cuales a su decir ganó con un 97 por ciento de los votos, obviamente el Primer Ministro Abiy Ahmed, desconoció la elección y lo llamó al orden.

Etiopía está dando pasos concretos y hasta ahora certeros al desarrollo económico, aflojó los controles a la economía y el país es considerado hoy, el nuevo león africano.

China y los Emiratos Árabes Unidos, han incrementado de forma notable su cartera de inversiones, especialmente en las líneas férreas, la compañía de aviación Ethiopian Airlines se ha privatizado y en poco tiempo empezó a generar ganancias, la firma del acuerdo de paz mencionado, ha dado oportunidad a convenios, se pensaba darían al Tigray oportunidades de desarrollo, especialmente con la apertura de un aeropuerto con la ilusión de que detone la zona, ahora habrá que esperar.

 

 

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