Después de la guerra hispano-estadounidense entre abril y agosto de 1898, al terminar con el triunfo de los norteamericanos, permitió que estos ocuparan cuatro islas, Cuba, Puerto Rico, y a cambio de 20 millones de dólares, se quedaran con lo que hoy son Filipinas y Guam, también trajo para el mundo, entre otras cosas,

el final de la España ultramarina, y la confirmación de que el poderío yankee ya era mundial, y un súper plus, la cuba libre, que nace en los bares de la Habana colonial, 

se dice que un Capitán de Fragata de apellido Russell, en la barra pedía que le sirvieran ron Bacardí Oro o Añejo (no Blanco) en un vaso con hielos, al que posteriormente el cantinero le ponía Coca-Cola y unas gotas de lima, la mezcla fue imitada por los subalternos, en los epílogos de la contienda brindando exultantes con el líquido, es fácil imaginar que el grito de CUBA LIBRE, digamos, vino natural.

Así Cuba pasa directo y sin escalas, de cuatrocientos años de dominio español, al regazo estadounidense,

y es que si alguien pensó que el país alcanzaría su independencia total después de la guerra, estaba muy equivocado, el Tratado de París de finales de 1898 estableció que Estados Unidos ocuparía la isla y cumpliría sus obligaciones para preservar la vida y las haciendas, en 1901 la enmienda que propuso el Senador por Connecticut Orville Hitchcock Platt modifica el documento, reforzando la injerencia norteamericana,  ya que quita de la soberanía cubana la paradisiaca Isla de Pinos (hoy de la Juventud), le da derecho a intervenir para preservar las vidas y propiedad individual, y obliga al gobierno isleño a vender tierra para construir carboneras y bases navales, en 1906 la impopularidad del primer Presidente de la nación Tomás Estrada Palma, “presiona” a los estadounidenses a volver a intervenir, y crear el ejercito permanente cubano.

 

En los siguientes años, ¿A la ínsula le fue bien?, pues habrá quien diga que sí, la exportación de tabaco, especialmente azúcar, trajo riquezas a un grupo de hacendados locales, y a comerciantes norteamericanos, llegó mucho dinero, otro detonador fue la ley seca que entre 1920 y 1933 se implantó en Estados Unidos, esto provocó la llegada a Cuba de gente de todo el mundo, Sodoma y Gomorra a solo una hora de Miami; para el turismo llegaron automóviles, luz eléctrica, tranvías, aire acondicionado en los hoteles, baños de porcelana, televisiones, etc. artículos en los que la isla fue pionera en América latina, todo muy elegante, se respiraba lujo y confort. La vida de a pie era otra cosa, los gobernantes actuaban más como encargados de cuidar el negocio que por el beneficio social.

La gota que derramó llegó en 1952 Fulgencio Batista Zaldívar, faltando cuatro meses para la elecciones en las que era el candidato en tercer lugar, dio golpe de estado,

esto le permitió llegar al poder e instaurar una dictadura militar que otorgó todas las concesiones que le pidieron, y las que no a los empresarios del turismo, el basta, llegó con jóvenes que ilusionaron al mundo, Fidel Alejandro Castro Ruz 26 años, Camilo Cienfuegos Gorriarán solo 21, Raúl 21, Juan Almeida Bosque y Abel Santamaría Cuadrado los veteranos  27 años,  el fracaso, el exilio en México, el regreso, y la victoria el primero de enero de 1959, la cerrazón y mal entendimiento de John Fitzgerald Kennedy, llevó a Cuba radicalizarse y al socialismo, ahora en los brazos de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, que los subsidió, protegió, y utilizó,  hasta su caída en 1989.

El balance de la dictadura que terminó imponiendo la familia Castro, tiene claroscuros,

y hay un antes y un después de 1990, los niveles de educación, salud, vivienda, y empleo si bien mal pagado, pero pleno, son los principales puntos a favor que se deben reconocer, todo ello con un bloqueo económico que por momentos, fue asfixiante, por otra parte, es una época en que todas las libertades y la represión política, sin duda fueron propios de gorilas, no hubo miramientos, los presos políticos y desaparecidos en el mar, pueden ser cientos de miles. A mediados de los años noventa comenzó el llamado periodo especial, que admitió la llegada de dinero de los migrantes, la creación de pequeños negocios como los deliciosos paladares, así como la inversión extranjera, especialmente en el turismo.

Hoy los cubanos enfrentan su historia, un país que apostó a modelos de desarrollo de hace treinta años,

por primera vez sin una potencia protectora, y dos años de una pandemia que dejó sin turismo uno de los paraísos terrenales, ¿a dónde llegará la movilización?, ¿quién y porqué la está provocando?, ¿Cuba tiene como impulsar su desarrollo sola?, absolutamente sí, un dato, en el Índice de Desarrollo Humano Mundial 2019, Noruega es 1, Estados Unidos 17, Chile 43, es el primer latinoamericano, Cuba 70, México 74, la esperanza de vida al nacer en la isla es de 78.8 años, en México 74; cursos escolares terminados Cuba 11.8, México 8.8, digo solo como ejemplo.

 

La MENTIRITA, se consigue en las tabernas que frecuenta la gente cubana, ahí donde no llega el turista; se prepara con un sorprendente ron artesanal, de elaboración casera, un vaso con hielo, se le pone tuKola de Ciego Montero, unas gotas de lima, si la hay, el pueblo que es sabio llama así a la bebida que en otras latitudes llamamos CUBA LIBRE, ya.

 

 

 

 

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