Como autor, existe una responsabilidad que es proteger tu creación, tu estilo propio y diferenciarlo de otros. Para ello es necesario que haya algo específico, ideas que fluyan en el aire. Es un excelente proceso para que comience la diversión y te lances a la piscina. Escribir permite que te introduzcas en un mundo imaginario y seas capaz de hacer lo que quieras, en ese mundo eres libre, así si lo eliges puedes incluso volar.

A veces se elabora un texto único, pero fijar un tema o historia te ayuda a progresar en tu aventura. Hay veces que nos atrapamos tratando de integrar componentes modernos, los cuales te llevan a crear un conflicto que en alguna situación puede llegar a ser muy útil para incorporarlo en el texto. Pero otras veces te obstruyes y te ves obligado a saltar de un texto a otro, y más adelante averiguas que una duda nueva te ha surgido y eso te lleva a una nueva sugerencia para volver al texto previo.

Una forma de abrir la puerta a tus capacidades y potenciar el crecimiento “ya” existente, es a través de un enfoque orientado al proceso de escribir (en lugar de a través de un enfoque de producto, orientado a objetivos). Escribir puede ser una forma de vincular a éstos de forma negativa o positiva; por ello, puedes:

a) Hacer que te sientas como lo que tienes que decir sea valioso.

b) Hacer que te sientas incompetente debido a tus habilidades de escritura que crees que “no son buenas”.

Tu acercamiento a la escritura te tiene que hacer querer mejorar haciéndote sentir que lo que tienes que decir es valioso. Si no es así, no podrás volar y divertirte porque solo te preocupará la técnica de escribir.

 

Tener la sensación y el deseo de aprender y crecer intelectualmente; como tus autores favoritos. Tener la opción, ya sea para enlazar en ese afán o para empujar a uno mismo en algo que crees no poder manejar, es una motivación. En la escritura, esta diferencia será evidente. Lo primero que habría que hacer es sentirte capaz y lleno de esperanza. La vida se compone de retos para así mejorar y disfrutar de ellos, escribir también es un reto, un reto divertido.

Soy consciente de que el éxito en el aprendizaje depende de diferentes variables en la vida de uno mismo: motivación, aspiración. Mientras escribes, puedes usar una actitud humanista y acentuar lo positivo en lo que ya conoces. Conseguir que un espacio cobre vida y hacer una diferencia entre la vida cotidiana, el trabajo, por ejemplo y el autoconcepto propio, liberarse de todo aquello que nos limita. Si nos sentimos bien con nosotros, seremos capaces de tomar las medidas necesarias para cumplir con los desafíos de la escritura o cualquier otro aprendizaje o experiencia; esta actitud por supuesto puede ser transferida al mundo fuera de la escritura.

La escritura puede convertirse en una forma para ser conscientes del potencial en que tiene uno mismo y su capacidad en sí misma para lograrlo.

Creo firmemente que la escritura viene del corazón. Pero a veces nos perdemos. Nos obsesionamos con las afirmaciones de la gente y las críticas normalmente destructivas que ellos tienen sobre cómo escribimos. Pasemos un buen rato escribiendo, divirtiéndonos en nuestro mundo paralelo y rompamos barreras, quizás contagiamos a la gente con palabras atrevidas y positivas.

No Hay Más Artículos